28 jun 2007

BELGRANO POR VICTOR GARCIA COSTA



Influencia del economismo asturiano en

el pensamiento de Manuel Belgrano.

Este es un trabajo que muchos estudiosos deben tener en cuenta. Se trata de un aspecto muy poco conocido y que el historiador García Costa pone en el tapete para la polémica y la discusión que seguramente ha de engrandecer la memoria de uno de los proceres más importantes de nuestra historia nacional.

En el proceso de influencia del economismo y liberalismo asturianos en el Río de la Plata, hay algunos hitos fundamentales: Fray Benito Jerónimo Feijóo (1676-1764), que era gallego de nacimiento pero pasó su vida en el Convento Benedictino de Oviedo, con sus Cartas eruditas y su Teatro crítico universal (1726-1760). El ya citado José del Campillo y Cosio con su Nuevo sistema de gobierno económico para la América... (1793), Gaspar Melchor de Jovellanos con su Informe en el expediente sobre la Ley Agraria (1794), Alvaro Flórez Estrada con su Proclama de la Junta General del Principado (1808) y su Constitución de la nación española (1809), Francisco Martínez Marina con su Teoría de las Cortes... (1813), entre otros. A la vez, sería una omisión imperdonable no señalar el papel desempeñado por la masonería española, a la que adherían, entre otros liberales asturianos, Campomanes y Flórez Estrada.

Sabido es que Manuel Belgrano (1770-1820) estudió en la Universidad de Oviedo, donde residió, aunque se recibió de abogado en Valladolid en similar periplo al de Flórez Estrada. Es uno de los pocos próceres argentinos que figura incluído en la Gran Enciclopedia Asturiana. Es en Oviedo donde, según sus propias palabras, tras sus lecturas y sus relaciones personales "se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido, y aún las mismas sociedades habían acordado en su establecimiento directa o indirectamente". Desde el Consulado de Buenos Aires, Belgrano introdujo a españoles residentes y criollos en las ideas economistas de Jovellanos, Campomanes y Flórez Estrada, lo que hizo primero sin nombrarlos en las Memorias de 1796 y 1797 y luego mencionando a "nuestro sabio el Sr. Campomanes" en la Memoria de 1798. No será ocioso recordar el ideal de las Sociedades Económicas, al que adhirió Jovellanos: "Conferir y producir Memorias para mejorar la industria popular y los oficios; difundir los secretos de las Artes y las máquinas que facilitan las maniobras; auxiliar la enseñanza, y fomentar la Agricultura y la cría de ganados". Eso es lo que hizo Manuel Belgrano desde el Consulado de Buenos Aires, para lo cual debió ganar para su causa a los cónsules Francisco Antonio de Escalada (1749-1835) y Tomás Fernández, como lo prueban las Actas de 1797 con las exposiciones de éstos en defensa de la libertad de comercio.

El economismo español, fundamentalmente asturiano, era una disciplina científica y sus expositores eran conocidos entre nosotros. Sus obras estaban en algunas bibliotecas, como en la del asturiano José Matías Gutiérrez, y a él adhirieron Manuel Belgrano, Mariano Moreno (1778-1811), Hipólito Vieytes (1762-1815) y Juan José Castelli (1764-1812), entre otros. Belgrano fue su inicial difusor y en él se inspiró para sus proyectos, como el de la Escuela de Náutica, al estilo del Real Instituto de Náutica y Mineralogía organizado por Jovellanos en 1794, o el enfitéutico, inspirado en el Informe en el expediente sobre la Ley Agraria del mismo Jovellanos, que nutriría también la Representación de los hacendados de Mariano Moreno y muchas páginas del Semanario de Agricultura de Hipólito Vieytes y del Correo de Comercio de Manuel Belgrano.

Especial para Agora21 por Víctor García Costa – Bs. As. Junio de 2007.

20 jun 2007

MANUEL BELGRANO – 2007


¿Quién fue aquel Manuel Belgrano qué aún hoy se pretende mantener en el olvido?

Nacido en 1770 falleció el 20 de junio de 1820. Tenía apenas 50 años.

Ya en 1839, Alvarez Thomas iniciaba aquel el primer 'Bosquejo Histórico' de Manuel Belgrano dedicado a su hija Manuela Mónica, con una frase contundente: "Belgrano no existe". Lo decía un contemporáneo del heroe, alguien que al mismo tiempo, intentaba escribir por primera vez un trabajo histórico sobre un procer injustamente ignorado por la historia Patria hata nuestros días. No desconocemos los motivos de este "olvido". Simplemente señalaremos aquello que está al alcance de todos: La información más concreta sobre el único actuante de aquella Revolución que no puede ser seriamente cuestionado por nadie.

El hombre.
Manuel Belgrano nació en una casona familiar, a pocos metros del convento de Santo Domingo, donde también falleció. Fue el cuarto hijo de trece hermanos. Su madre, Josefa González Caseros, era criolla y su padre, Domingo Belgrano y Peri, un comerciante italiano emigrado a Cádiz y luego a América, estableciéndose en Buenos Aires en 1751. A su padre el comercio le permitió lograr una buena posición económica y en la milicia alcanzó el grado de capitán."... La ocupación de mi padre fue la de comerciante, y le tocó el tiempo del monopolio, adquirió riquezas para vivir cómodamente y dar a sus hijos la educación mejor de aquella época..." (Palabras de Manuel Belgrano).

Sus estudios.
Se cree que realizó sus primeros estudios en el convento de Santo Domingo. Después, ingresó en el Real Colegio de San Carlos. La carrera comprendía Lógica, Metafísica, Física y Ética.

Mujer e hija.
Se enamoró de María Dolores Helguera y quiso casarse, pero en enero de 1818 recibió la orden de marchar hacia Santa Fe. Pero Dolores estaba embarazada y sus padres la obligaron a casarse con otro hombre. El 4 de mayo de 1819 nació la hija de la pareja, Manuela Mónica del Corazón de Jesús Belgrano. Los enamorados volvieron a encontrarse pero no pudieron casarse porque el divorcio no era legal. Belgrano murió en 1820 y su hija fue criada y educada por sus tías y tíos, es decir, por los hermanos de Belgrano.

El periodista.
Desde el Consulado aplaudió la aparición del periódico "Telégrafo Mercantil": ayudó a su fundación en 1801, donde difundió sus ideas revolucionarias. Como Secretario del Consulado protegió los órganos periodísticos publicados en el Río de la Plata. El 3 de marzo de 1810 apareció el periódico "Correo de Comercio", el cual dirigió. En sus páginas se observa la doctrina de Belgrano, es decir, la importancia de la educación en el país y de la mujer, entre otras cosas.

El promotor de la educación.
Como Secretario del Consulado consideró que lo más importante era fomentar la educación, es decir, capacitar a la gente para que aprendiera oficios y pudiera aplicarlos en beneficio del país. Por eso, ayudó al desarrollo de la Escuela de Dibujo y de la Escuela de Náutica, ambas, creadas en 1799. Pero también Belgrano hizo otros aportes en la educación: en esa época no había escuelas para chicas; él quería crearlas porque pensaba que para ser buenas madres las mujeres debían educarse. Según sus palabras, "se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, etc., y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres". Además, quería que la educación fuera gratuita para todos.

El militar.
No se había preparado para la guerra sino para las leyes, pero -no sin errores- aprendió y se ganó la admiración de San Martín. Su primer contacto con el tema fue en 1806, durante la Primera Invasión Inglesa. Allí se incorporó a las milicias criollas con otros jóvenes para defender la ciudad y él fue elegido Capitán. Tuvo su primer combate en las orillas del Riachuelo. Ya en 1810, la Primera Junta, recién asumida, decidió enviar expediciones para extender la Revolución a todo el Virreinato. En septiembre de 1810 la Junta le encomendó La expedición de Paraguay. El objetivo de la Campaña del Paraguay fue más político que militar: la intención de Belgrano era difundir entre los paraguayos el ideario de la Revolución de Mayo. De paso al Paraguay, legalizó y dio un carácter urbano, con planificación de ejidos, a Mandisoví y Curuzú Cuatiá. Luego de vencer en Campichuelo fue derrotado en Paraguarí, el 19 de enero de 1811. También, el 9 de marzo de 1811, fue vencido en Tacuarí. En noviembre de 1811 fue nombrado Jefe de Regimiento Nº 1 de Patricios. En enero de 1812 fue enviado por el gobierno a proteger las costas del Paraná de los españoles. Allí enarboló por primera vez la bandera nacional (el 27 de febrero de 1812). Ese mismo día, el gobierno le encargó la jefatura del Ejército del Norte. El 25 de mayo de 1812 en Jujuy instaló el cuartel general y, en celebración del aniversario de la Revolución, hizo bendecir la bandera.Al observar que era imposible resistir el avance realista, inició el 23 de agosto de 1812 el Éxodo Jujeño, es decir, la retirada hacia Tucumán (los habitantes de Jujuy y de Salta abandonan sus hogares y arrasan todo a su paso, dejando a los realistas sin víveres para la tropa). Luego, el gobierno le pidió que fuera a Córdoba pero él se mantuvo en Tucumán y allí venció a los realistas (el 24 de septiembre de 1812).

Propuesta y Juramento de la Bandera.
13 de febrero de 1812. Manuel Belgrano propuso al Gobierno la creación de una "escarapela nacional", en vista de que los cuerpos del Ejército usaban distintivos diversos.
18 de febrero de 1812. El Triunvirato aprobó el uso de la escarapela blanca y celeste, decretando: "Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste..."
27 de febrero de 1812. Entusiasmado con la aprobación de la escarapela, M. Belgrano diseñó una bandera con los mismos colores, enarbolándola por primera vez en Rosario, a orillas del río Paraná. Allí, en las baterías "Libertad" e "Independencia" la hizo jurar a sus soldados. Luego, mandó una carta al Gobierno comunicando el hecho. Este mismo día, el Triunvirato le ordenó hacerse cargo del Ejército del Norte, desmoralizado después de la derrota de Huaqui.

El político.
Entre 1793 y 1806 Belgrano apoyó y también criticó el gobierno de Carlos IV. Más tarde, participó activamente de los acontecimientos de mayo y fue designado vocal de la Primera Junta. Años después, al ser separado del ejército, fue enviado en 1814 como representante argentino a cumplir una misión diplomática en Europa junto con Bernardino Rivadavia. En Inglaterra inició gestiones con Manuel de Sarratea tendientes a obtener el reconocimiento de la independiente naciente del Plata, admitiendo el establecimiento de una monarquía constitucional. Las gestiones fracasaron y, de vuelta de su viaje a Europa, fue nombrado, en febrero de 1816, Jefe del Ejército de Observación en el Litoral, con órdenes de marchar hacia Santa Fe. Luego, fue nombrado jefe del Ejército del Norte. Se dirigió a Tucumán, donde hacía pocos días había comenzado a sesionar el Congreso de las Provincias Unidas y el 6 de julio de 1816 fue escuchado, en sesión secreta, sobre la situación en Europa. Propuso no buscar príncipes en Europa, sino elegir la coronación de un descendiente inca, pero su propuesta no fue considerada, incluso, muchos se burlaron de la idea.

Según el Acta Secreta del Congreso de Tucumán, en enero de 1819, el gobierno le ordenó que se hiciera cargo del ejército estacionado en Santa Fe. En abril sus representantes firmaron el armisticio de San Lorenzo y se retiró a Córdoba. Razones de salud le hicieron delegar el mando. Mantuvo hasta su muerte sus convicciones monárquicas, pero siempre respetuoso de la constitución sancionada por el Congreso de Tucumán, luego en Buenos Aires.

El Economista.
En Europa, Belgrano se vinculó con importantes especialistas en economía y tradujo a los más grandes economistas. En Salamanca fue el primer presidente de la Academia de Práctica Forense y Economía Política. En el viejo mundo asistió al nacimiento de la economía como ciencia y al de las sociedades económicas.En 1794 fue nombrado en Buenos Aires "Primer Secretario del Consulado de Comercio". En esa función, escribió las Memorias. A través de ellas propagó las doctrinas económicas en boga entonces en Europa y propuso iniciativas a favor del mejoramiento material de la comunidad. Para él, el desarrollo económico debía ser parte del desarrollo cultural y ser concordante con la economía de libre mercado.

19 jun 2007

SOBRE EL PERIODISMO Y LOS PERIODISTAS

Reflexiones y recuerdos por Santiago Senén González
( Periodista e historiador)


"El mejor oficio del mundo". Con estas palabras ha definido Gabriel García Márquez al oficio de periodista. En un oficio, como quien labra la tierra o empuña un cincel de escultor, el periodista cincela cada palabra o expresión noticiosa cotidiana, manteniendo en definitiva "un maravilloso contacto con la vida". En esta nota el periodista Santiago Senén González, enhebra recuerdos de su vida profesional y de otros periodistas de fuste de la prensa argentina, como así también la evocación de grandes escritores-periodistas como García Márquez y Alejo Carpentier.

Hay dos escritores latinoamericanos que han tenido notable trayectoria. En el Día del Periodista que se conmemora el 7 de junio me pareció oportuno evocarlos como hombres de prensa: me refiero a Alejo Carpentier y a Gabriel García Márquez.De ambos, protagonistas de las letras, la inteligencia y la emoción, tomaré su diagnóstico sobre la prensa, antes de rememorar mi propia experiencia y el recuerdo de colegas con quienes compartí la profesión en áreas como las de radio, televisión o la agencia de noticias.
Así como en otros momentos evoqué mi paso por la prensa diaria. Este año con motivo del Taller Científico Internacional 1° Mayo tuve ocasión de visitar en La Habana el Centro de Promoción Cultural y la Fundación Alejo Carpentier. A un costado de la Catedral y al lado de un famoso restaurante "La Bodeguita del Medio", allí donde Ernest Hemingway llevó a la fama su trago preferido el "mojito" o donde Nicolás Guillen escribiera los versos al lugar de "bodegota o bodeguita/ La Habana con ella su corazón blasona".
La casa descrita por Alejo Carpentier, galardonado en 1977 con el Premio Miguel de Cervantes que le entregara el Rey de España, en su libro El Siglo de las Luces, es una hermosa mansión de principios del siglo XIX, recientemente restaurada y con un fresco patio interior rodeado de atípicos balcones y una magnifica escalera. Al pie de la misma sobre un mármol blanco está escrito este pensamiento de Carpentier: "El periodismo es ante todo una maravillosa escuela de vida. El periodista lo pone a uno en contacto con la realidad política, histórica, humana, con el suceso callejero, con la reacción de un grupo de hombres ante tal o cual problema o momento".Y agrega sobre nuestro oficio "es un maravilloso contacto con la vida. En fin, el periodismo ha sido para mí una insustituible escuela de conocimiento del hombre, es decir, una gran experiencia humana.

"El otro grande, el otro maestro de periodistas, con sus vitales 80 años quien hace 40 publicó el mundialmente celebre, Cien Años de Soledad y hace 25 recibió el Premio Nobel de la Literatura, don Gabriel García Márquez, lo tuve presente una vez más al recordar esa página señera sobre el periodismo. Es nada menos que la titulada: El mejor oficio del mundo que pronunciara en la 52 Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa, en Los Ángeles, California, en 1966. En esa conferencia "Gabo" nos lleva a la nostalgia cuando recuerda que "la práctica del oficio imponía la necesidad de formarse una base cultural y el mismo ambiente de trabajo se encargaba de fomentarla. La lectura era una adicción laboral. Los autodidactas suelen ser ávidos y rápidos y los de aquellos tiempos lo fuimos de sobra para seguir abriéndole paso en la vida al mejor oficio del mundo, como nosotros mismo lo llamábamos…".Por mi parte, en otra área de ese oficio como es la radio, me acuerdo que en 1959 hice mis primeras armas como "cronista desde el lugar de los hechos"-no había movileros entonces - transmitiendo la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre. Tampoco era común cubrir otro tipo de actividad en el mismo lugar y momento en que los sucesos ocurrían, salvo el fútbol o algún otro gran espectáculo deportivo.
Luego también en ese medio participé en las transmisiones en duplex de Radio Libertad y Canal 9 TV. Juan Ramón Luna, que era además periodista de La Razón, me convocó para ese programa, una audición muy conocida en esa época: "La Mesa Redonda". Lo hice por casi 10 años coincidentemente con otras labores siempre de la profesión. Las tertulias abiertas, prolongadas muchas veces horas y horas, donde se discutían los temas "calientes", en especial los políticos, dejaban poco para nuestras vidas privadas.Una buena síntesis de ese panorama de privaciones, antes de la participación masiva de las colegas profesionales, se expresa en los versos de Anne Campbell que dicen: "Si nunca sabes cuando es la hora de la comida, si las visitas no se despiden nunca del dueño de casa, si él ama a los hijos, pero más al diario…. si el aire se tiñe de azul con las palabras que él emplea, si lo necesitas para una partida familiar y él rehúsa… si él proyecta trabajar cuando tú proyectas divertirte" estamos ante la ‘mujer del periodista’.Pero apasionados con nuestra labor. Era cuando se la calificaba de sacerdocio, nunca nos aburríamos con esas cátedras ambulatorias.
Pero esa era una constante. Ya sea en las revistas –rememoro las reuniones de cierre de Inédito con Mario Monteverde, con Gregorio "Goyo" Selser y Rogelio García Lupo. O aquella redacción de Análisis. Cuantos recuerdos de esos círculos – con el mismo espíritu citado- apenas salía, la publicación. Entrecerrando los ojos recuerdo a Pablo Kandel, Rubén H. Zorrilla, Horacio Salas y otros.De esas peñas de periodistas -que aun hoy se hacen- me vienen a la memoria dos de ellas.La que se realizaba en el comedor del diario La Prensa, en el edificio de La Farola en avenida de Mayo donde hoy funciona la Secretaria de Cultura. En una de las meses Rodolfo Agustín Perri, con quien cubrí hace 50 años el Congreso Normalizador de la CGT hablaba de su pasión, la caza y la pesca mientras Oscar Hermes Villordo con increíble ingenio contaba del consultorio sentimental que le habían encargado una revista y que respondía a las consultas como Jacqueline Saint Pierre.
La otra era la de dirigentes de la Asociación de Periodistas cuyo Presidente era mi padre. Yo –aun cronista volante o sea los que cubrían partidos de fútbol de primera B o segunda división habitualmente los sábados- escuchaba embelesado a un hombre que decían era el alma de Noticias Graficas: José "Pepe" Barcia. Entre los que venían también a ese restaurante de la cortada Carabelas a escasos metros de la entidad – Sarmiento al 900 – se encontraba el legendario Jorge Chinetti muy enfrentado al gobierno peronista quien siempre tenía un chiste político.

Este ramillete de recuerdos enmarcado en verdaderos "maestros" como Carpentier y García Márquez, es nuestro homenaje al Día del Periodista, instituido el 25 de mayo de 1938 por el Primer Congreso del gremio efectuado en Córdoba.

Santiago Senén González - Bs.As. 2007.

GENTILEZA DE REPRODUCCIÓN POR
"EL ARCA DIGITAL". EXCELENTE PUBLICACION A CARGO DE NORBERTO VILLAR.

14 jun 2007

HISTORIA: SEGUIMOS PREGUNTANDO

Las falsas expectativas que pueblan el imaginario colectivo

Son variadas y muchas de ellas, verdaderamente peligrosas, son "las mentiras" que pueblan el imaginario colectivo de los argentinos. No sólo en nosotros... Otros países, al parecer por lo que se está mostrando en la historia reciente, lo tienen mucho más complejizado y el auto engaño no sólo es patrimonio nuestro. Pero allá ellos... nos importamos nosotros y advertimos que ese sistema de informaciones, subconscientes y profundamente implantadas, son las que dominan nuestro acervo de opiniones creando nuestras confusiones y las políticas erroneas que nos dominan. Son creencias falsas, casi todas ellas, que sólo ayudan al interés de algunos que medran en la confusión de muchos.
Esto nos pareció interesante del trabajo de Juan Carlos Nicolau: la búsqueda de respuestas y el intento de no caer en falsas conclusiones no apoyadas en evidencias documentales. Eso y no otra cosa –nos guste o no-, debería sera nuestra propia busqueda del conocimiento histórico. La lectura de este trabajo quizas no ayude en ese arduo camino. (J.B.)

La revolución de Mayo de 1810 en Buenos Aires:
¿Fue un verdadero movimiento revolucionario?

POR JUAN CARLOS NICOLAU

Las revoluciones políticas son acontecimientos sociales que no responden a planes estratégicos de hombres de gabinete o modelos teóricos de soñadores utópicos, acumulan demasiada sangre y ruina, son un torrente que arrasa lo que encuentran en su camino, o pueden ser un río que fluye errosionando todo a su paso.
La revolución de los americanos en el virreinato del Río de la Plata tiene su comienzo con las invasiones británicas. Se la puede definir como una revolución política, pues la burguesía comercial bonaerense después de rechazar a los intrusos, en dos oportunidades, acomete la toma del poder por defección de las autoridades virreinales, sometidas a las órdenes de la corona española, en el cumplimiento de su deber defender el territorio bajo su mando.
Producida la ocupación británica de Buenos Aires ¿quién conduce la reconquista? Liniers que a la cabeza de los soldados y milicia, el 12 de agosto de 1806, impone la rendición a los invasores. ¿Quiénes forman en las filas de los batallones que derrotan al ejército extranjero en su segunda tentativa de doblegar a los habitantes de la ciudad? En su mayoría civiles que se organizan para tomar las armas y realizar la defensa dirigidos por jefes surgidos del conjunto de la sociedad.
Echeverría comentó esos hechos con justeza: "Las invasiones inglesas de los años 1806 y 1807 pusieron forzosamente las armas en manos de los criollos, les revelaron su fuerza y les infundieron el orgullo de vencedores". (Echeverría,1951,Iº, 323).
La revolución política de los funcionarios españoles y los criollos, desencadenada por la lucha armada contra los británicos continuó en 1808, cuando fue desbaratada la intentona de Álzaga para tomar el poder y poco más tarde, en el Alto Perú, el 25 de mayo de 1809, en Chuquisaca, la revolución contra el dominio hispánico se manifiesta en la ocupación de la Real Audiencia. El movimiento insurgente de aquella ciudad, sede del poder eclesiástico y legal se propaga a La Paz, el 16 de julio de ese año, donde una junta presidida por Pedro Domingo Murillo (1758-1810) de "ocho diputados del pueblo", y "en el cumplimiento de su deber en la defensa del territorio bajo su mando" deponen al gobernador, arrestado junto con el Obispo. Este alzamiento no contó con el apoyo de Buenos Aires, temeroso de las consecuencias sociales de esa acción, en una región poblada en su mayoría por poblaciones indígenas. (Ferla,1974,66)
La celebración de la revolución en el acto del 25 de mayo de 1810 es un hecho que sólo tiene importancia por la designación del primer gobierno local, pues el virrey Cisneros y con él, la autoridad emanada de España, había cesado en la reunión del Cabildo, del día 22 de mayo. Cisneros debía ser destituido, pues, pretendía disolver las compañías de combatientes que habían rechazado al invasor. Éstas, posteriormente, sostuvieron la designación y autoridad de Liniers en el gobierno. La pretensión de Cisneros de nombrar a Francisco Javier de Elío, inspector general de las fuerzas militares fue el detonante que condujo a su caída, pues los comandantes de los batallones perderían la conducción de sus milicianos y soldados y probablemente sus cabezas.
La tesis según la cual no hubo una revolución, sino la toma del poder por los españoles americanos y los criollos, como consecuencia de la decadencia del poder español, no parece ser la razón fundamental que explique los sucesos acaecidos en esos años. En tal caso, los pobladores de Buenos Aires se hubieran sometido al conquistador británico, o acompañado las manipulaciones de la princesa Carlota Joaquina desde la corte portuguesa en Río de Janeiro. La frase de Belgrano, "el viejo amo o ninguno", indica que otro era el pensamiento de los dirigentes revolucionarios.
La revolución de Mayo y su separación de España, en su aspecto económico, es consecuencia de dos vertientes, por un lado la decadencia del régimen político español colonial incapaz de impedir la declinación de la explotación minera en el Alto Perú y en el otro extremo del virreinato, los crecientes reclamos de los hacendados del litoral que solicitan la modificación de las regulaciones monopolistas que impedían la exportación de los "frutos" del país. A ellas se unían la creciente evolución del comercio interior que estaba sujeto a las restricciones impuestas desde Buenos Aires.
Estas contradicciones económicas se unen con la toma de conciencia política de la burguesía local, donde confluyen comerciantes y hacendados, para buscar nuevas formas de organización social sobre bases liberales que reconocieran los derechos de los americanos a un gobierno propio.
Las formas que adoptan las revoluciones suelen ser variadas y a ellas confluyen distintos factores que se conjugan en una resultante donde intervienen razones sociales, políticas y económicas. Como apunta Kossok, en cuanto "a la formación y crecimiento de una clase destinada a hacer una revolución es siempre fruto de un largo proceso, que a menudo es casi imposible reconstruir en sus antecedentes ocultos". (Kossok,1972,9)
El continuo crecimiento del comercio a través del puerto de Buenos Aires, a partir de la creación del virreinato y los intereses económicos desarrollados en todo su ámbito por la explotación minera del Potosí, dieron lugar a la formación de una burguesía poseedora de los medios de producción ganaderos y artesanales y principalmente sustentada en el comercio interno y externo que la condujo a la revolución contra el poder monopólico hispánico en defensa de sus intereses no solo económicos, sino a su vez sociales.
Esa burguesía era consciente del peligro indígena. Las rebeliones de ese origen en el Alto Perú, entre ellas las de Tupac Amaru (José Gabriel Condorcanqui-1742-1781) eran una señal que indicaba la necesidad de evitar cualquier intento generalizado de "revolución popular". Ninguna revolución burguesa se efectuó para liberar a las clases desposeídas, "los de abajo", ni en Inglaterra, con Olivier Cronwell, ni en Francia con los jacobinos, ni en Norteamérica, esas revoluciones otorgaron derechos políticos o económicos a los sectores sociales carentes de propiedad, fueran estos esclavos o proletarios, salvo declaraciones altisonantes acerca de las libertades civiles.
La revolución en América, escribió Gorriti en sus memorias, "no fue un suceso repentino que debía sorprender a un sujeto medianamente pensador". La burguesía porteña realizó la única revolución posible, mediante la toma del poder desde "arriba", para suprimir, "la postergación tan general y descarada que en toda la extensión de la monarquía sufrían los americanos", aprovechando las condiciones que le brindaba la situación exterior con la ocupación de España por Napoleón. (Gorriti,1960,IIº,1675)
¿Cuál otra podrían haber realizado? ¿Era posible contar con un proletariado con capacidad para llevar a cabo un movimiento revolucionario que estableciera una democracia que hiciera justicia a las clases trabajadoras formadas por los indios, esclavos y los gauchos? El único papel que pudieron desempeñar los trabajadores manuales, de la ciudad y el campo, fue encolumnarse detrás de los caudillos confiando ingenuamente en lograr mejorar su condición económica y social.
Las rebeliones en la América hispano-portuguesa -sostiene Kossok- fueron movimientos anticolonialistas, de liberación nacional, que por su carácter histórico ocupan un firme lugar entre las revoluciones burguesas de los siglos XVIII y XIX. (Kossok,1968,31)
La revolución en el Río de la Plata significó el rechazo de los privilegios de la nobleza, los títulos nobiliarios, el mayorazgo, la monarquía absoluta y la autoridad de la corte de Madrid para la designación de los funcionarios de la burocracia colonial. Por consiguiente, sólo podía tener un contenido burgués, liberal, dadas las características sociales donde los americanos influyentes y algunos españoles marginados del poder colonial eran en su mayoría comerciantes sin vinculaciones con el monopolio, productores rurales y hacendados.
Las características del gobierno de la corona española ejercieron su influencia durante el proceso revolucionario, y sus actores no podían romper en forma absoluta con la estructura de un estado con decisiones verticales con amplia participación en todas las actividades sociales, éstas se basaban en valores éticos y jurídicos, en lugar de utilitarios como ocurría en los países anglo-sajones, donde primaba una mentalidad capitalista e industrial, mientras en cambio persistía en el manejo de la economía un criterio mercantilista y un acentuado desprecio por las tareas manuales.
Las revoluciones están sujetas a ciclos fluctuantes que responden a múltiples razones, por consiguiente como no podía ser de otra manera, la revolución en el Río de la Plata fue cambiando de dirección y de objetivos a medida que se desarrollaban los acontecimientos provocados por la lucha armada contra los ejércitos españoles y se manifestaba la resistencia a los sectores sociales conservadores opuestos al nuevo régimen encabezado mayoritariamente por los americanos.
La pérdida del Alto Perú a manos españolas, y con él las minas de Potosí, provocó un giro fundamental en la situación económica y política. Buenos Aires motor de la lucha por la independencia, al perder los recursos provenientes del norte comenzó a depender cada vez más de los fondos aduaneros recaudados por la aplicación de impuestos a la importación de mercaderías por su puerto, destinados a financiar las compras de armamentos y así la hegemonía política se trasladó al litoral rioplatense.
La oposición entre españoles y americanos, en términos de poder político y no de nacionalidad, al finalizar la guerra de la independencia en el tiempo, dio origen a nuevas contradicciones.
La burguesía de Buenos Aires pretendió tomar el poder político en sus manos sustituyendo el poder español, para dar origen al denominado centralismo y a la disputa entre los porteños y los hombres del interior. Estos en cambio aspiraban a su independencia del puerto de Buenos Aires, en la búsqueda del desarrollo de sus economías regionales limitadas por el monopolio colonial.
En tanto se fueron definiendo las tendencias políticas, el centralismo que adquirió forma en la estructura del Directorio encontró la oposición de las aspiraciones de los "localismos" provinciales, vigentes desde la colonia, pero ahora representados por los caudillos al frente de las montoneras, hombres despojados de sus posibilidades de subsistir por la guerra de la independencia y la destrucción de sus economías regionales por el libre comercio.
La problemática de la Banda Oriental muestra con claridad la lucha de esos intereses locales, en primer lugar entre los puertos de Montevideo y Buenos Aires, cuyo origen se encuentra en el régimen colonial y simultáneamente con la campaña oriental en su oposición al gobierno directorial y la oligarquía portuaria montevideana.
La posterior consolidación económica de los hacendados bonaerenses junto con los comerciantes ligados al intercambio con los británicos en la década de los años 30 del siglo XIX, les permitió tomar el control del gobierno de Buenos Aires y la conducción de las relaciones con las naciones extranjeras, si bien las luchas civiles no fueron acalladas. Ese momento constituyó un punto de inflexión en la situación política que se definió con la entrega de facultades extraordinarias al gobernador de esa provincia, dando nuevo rumbo a la historia de las provincias del Río de la Plata. Con esta decisión política tuvo fin la revolución de Mayo.

Juan Carlos Nicolau. Abril 2004.

Referencias:
- Echeverría Esteban (1951) - Obras Completas.
- Ferla Salvador (1974) - Historia argentina con drama y humor.
- Gorriti Juan Ignacio (1960) - Autobiografía Política en Biblioteca de Mayo tº II.
- Kossok Manfred (1972) - El Virreinato del Río de la Plata.
- Kossok Manfred (!968) - H. de la Santa Alianza y la emancipación de América Latina.

12 jun 2007

CRONICAS DE LA HISTORIA RECIENTE



Buenos Aires, otoño 1982

Andrew Graham-Yooll: La guerra de Malvinas –en un libro recientemente publicado-, según las crónicas de un corresponsal inglés.

En 1982, el periodista Andrew Graham-Yooll vivía exiliado en Londres y trabajaba en la redacción del diario The Guardian. El 2 de abril su jefe le anunció, "Volvés a Buenos Aires". Y durante tres meses fue el corresponsal del matutino londinense. El tema: una guerrita (a lovely little war decían los británicos) en el extremo del Atlántico Sur entre Argentina y Gran Bretaña por unas islas cuyo nombre oscilaba según quién lo pronunciara entre Falkland y Malvinas. Graham-Yooll, a la manera de un diario personal, retrata para los lectores ingleses el clima de euforia y depresión que reinaba en Buenos Aires, una ciudad en guerra que se hallaba, sin saberlo, cerca del fin de la dictadura más brutal de su historia. A 25 años de la guerra de Malvinas, Marea rescata estas crónicas –traducidas del inglés por el propio autor– que narran con ironía, pero sin perder nunca el asombro, las experiencias del periodista angloargentino durante esos tres meses de sinsentido: un desayuno con Borges mientras el Papa bendecía a una multitud pocas horas antes de la rendición; una cena con curry con el general Menéndez; el hotel Sheraton convertido en centro de prensa del Estado Mayor Conjunto; los periodistas extranjeros buscando hacer la nota de su vida; las noticias de las muertes como un eco lejano e incierto que llegaba desde el Sur; y, finalmente, la paliza con que un grupo de tareas lo convenció en plena calle de volver a su exilio londinense.

Andrew Graham-Yooll (1944), periodista y escritor, nació en Buenos Aires, hijo de padre escocés y madre inglesa. Ingresó al Buenos Aires Herald en 1966. En 1976 partió al exilio con su familia y residió en Londres durante dieciocho años. Se ha desempeñado en las redacciones de The Daily Telegraph (1976-77) y The Guardian (1977-84). Fue director de las revistas británicas South (1985-88) e Index on Censorship (1989-1993). En 1993 fue nombrado fellow del Wolfson College en la Universidad de Cambridge. Desde su regreso a la Argentina en 1994 ha sido director y luego presidente del directorio del Buenos Aires Herald, donde se desempeña actualmente, y nuevamente, como director desde agosto de 2005. Es colaborador de los diarios La Nación y Página/12. Graham-Yooll tiene unos veinte libros editados en inglés y castellano, entre ellos Memoria del miedo (1981), Pequeñas guerras británicas en América Latina (1983), De Perón a Videla (1989), Goodbye Buenos Aires (1998), Rosas visto por los ingleses (1998), La colonia olvidada (2000) y Tiempo de tragedias y esperanzas (2006).

8 jun 2007

DIA DEL PERIODISTA CON ARIEL DELGADO


El significado de una trayectória y de una vocación en particular

El 7 de junio es el día que se recuerda en nuestro país a los periodistas en coincidencia con la aparición de la Gazeta de Buenos Aires de Mariano Moreno en 1810. Por ese motivo la Mesa de los Jueves realizó un almuerzo de homenaje dónde se intentó congregar a figuras representativas de la historia reciente de esta profesión. En el mismo y como un acto simbólico a todo los periodístas del país, se entregó un presente especialmente realizado para Ariel Delgado, y al significado representado en su persona, acerca de los avatares y de las historias que surgen de los oficios voluntaristas del periodismo. Además, como no podía ser de otra manera, a la trayectoría personal de este recordado personaje.
En el almuerzo estuvieron presentes, entre otros, Santiago Senén González, Rogelio García Lupo, Oscar Serrat, Juan Carlos Nicoláu, Andrew Graham Yool, Víctor García Costa, Fernando Finbarv y Juan Bazán. Entre la representación femenina se encontraba la periodista y conductora radial María Esther Alvárez, la poeta Rosa Lipshitz y la autora y editora Julia "Chiquita" Constela.
El Encuentro Semanal, que se desarrolla cada jueves en un típico restaurant de la Avenida de Mayo, congregó esta semana y en ese almuerzo a distintos profesionales y a otras personalidades del ambiente político que pasaron por el lugar a presentar sus saludos al recordado profesional. Así entre recuerdos y la calidez de la presencia de Delgado, se fue desganando un homenaje, para el recuerdo y la reflexión de los avatares por los que atraviesa la profesión periodística en estos momentos.
ARIEL DELGADO: UNA HISTORIA PROFESIONAL Y UNA VIDA
Noviembre de 1955 a abril de 1958: LRA Radio del Estado (hoy Radio Nacional). Redactor de informativos tanto nacionales (onda media), como internacionales (onda corta).
Mayo de 1958 a febrero de 1964: CW1 Radio Colonia. Redactor y locutor de panoramas informativos. Jefe del servicio informativo.
Marzo de 1964 a noviembre de 1965: LS10 Radio Libertad (hoy del Plata). Locutor y redactor del diario Crónica.
Diciembre de 1965: Director de CW1 Radio Colonia. Redactor y locutor de panoramas informativos. Es despedido por presiones y amenazas de la dictadura militar argentina por defender los derechos humanos en noviembre de 1980.
Marzo de 1981: Radicado en Roma, escribe artículos para la revista Resumen de Madrid.
Marzo de 1982: Radicado en Managua, es asesor y comentarista de la onda internacional de la radio La Voz de Nicaragua.
Mayo de 1983: LR2 Radio Argentina. Noticias y comentarios de actualidad. Es despedido por defender los derechos humanos en agosto de 1983.
Febrero de 1984: LR3 Radio Belgrano. Noticias y comentarios de actualidad. Despedido (No le fueron pagados sus de haberes durante 3 meses consecutivos), en octubre de 1987.
Diciembre de 1985: LR9 Radio América. Sólo realiza 27 informativos, es despedido por criticar la censura de la Iglesia Católica a la película "Yo te saludo María".
Abril de 1988: LR4 Radio Splendid. Noticias y comentarios de actualidad. Es despedido en octubre de 1990 y reemplazado por Mauro Viale.
Julio de 1993 a mayo de 1995: Secretario de redacción del diario Crónica. Panorama informativo de Crónica por LS6 Radio Buenos Aires.
Junio de 1995: Noticias por Crónica TV hasta el día de hoy.
Libros publicados:
"25 años de periodismo radial", Edt. del autor, Roma, 1981.
"Agresiones a la prensa", Edt. Asociación Madres de Plaza de Mayo, Buenos Aires, 1995.