30 jul 2008

SANCHEZ VIAMONTE, POR VICTOR GARCIA COSTA



Las imágenes de Sanchez Viamonte y del historiador y conferencista García Costa.

El pasado viernes 18 de julio finalmente se concretó la conferencia que Víctor García Costa brindó en el Centro Cultural Carlos Sánchez Viamonte. García Costa, quien fuera secretario privado de "Carloncho", tituló a la conferencia "Carlos Sánchez Viamonte y su concepto de la libertad". Para el registro dejamos constancia de estos párrafos del autor y de su conocimiento de este irrepetible "Ciudadano de la República".

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Es común decir que no hay grandes hombres –nos dice García Costa-para sus ayudas de cámara. Comencé a tratar a Carlos Sánchez Viamonte en la década de los años 50, me convertí en su secretario privado durante más de 10 años y continué tratándolo hasta su muerte. Despedí sus restos, en el Cementerio de la ciudad de La Plata. Fue un gran ejemplo moral al que no le conocí miedos, bajezas o claudicaciones, al que jamás le oí mentir, ni lo vi transigir. Seguramente por eso no tuvo bienes materiales, ni acumuló riquezas. Jamás defendió a un patrón contra un obrero y tampoco cobró nunca honorarios a los trabajadores. Vivió modestamente, con gran dignidad, y brindó generosamente lo único que poseía: su extraordinaria cultura y su pasión argentina. Su lema era: "Hay que devolver a la sociedad lo que se ha recibido de ella sin merecerlo". Toda su vida fue una armonía entre su palabra y su conducta.
Descendiente de próceres de Mayo
Había nacido en La Plata el 16 de junio de 1892, de modo que este año habría cumplido 116 años. Era bisnieto del coronel Modesto Antonio Sánchez (1791-1857), héroe de la Independencia, escudo de oro en la batalla de Salta (20-02-1813), medalla de plata en el segundo sitio (20-04-1814) y toma de Montevideo (20-06-1814), cordón de oro de honor y medalla de oro en la batalla de Maipú (05-04-1818), la última por disposición del gobierno de Chile firmada por el general Bernardo O'Higgins (1778-1842). Modesto Antonio Sánchez era, a su vez, hermano del coronel Antonio Saturnino Sánchez (1795-1827) y del coronel Gregorio Sánchez (1797-1841), ambos guerreros de la independencia.
Descendía, también, de los Beaumont, Viamonte, condes de Lerín. Como sus padres tenían, además de la matrimonial, una relación de tío y sobrina segunda, Carlos Sánchez Viamonte fue, al mismo tiempo, bisnieto y tataranieto del general Juan José Viamonte (1774-1843), héroe de la Reconquista de Buenos Aires -vencedor del coronel Denis Pack (1772-1823), jefe del famoso Regimiento 71, del teniente coronel Henry Cadogan (?-1813), jefe del Regimiento 18, y del general Robert Craufurd (1764-1812)-. Asistente al Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810 y una de las cabezas de la Revolución de Mayo, de la que resignó la Jefatura en faor de su superior Cornelio Saavedra. Fuevarias veces diputado (1818-1819, 1824, 1827, 1830 y 1831-1832), gobernador de Entre Ríos (1833) y tres veces gobernador de Buenos Aires (1821, 1829 y 1833-1834). En 1800 se había casado con la joven patricia Bernardina Chavarría (1782-1832), con la que tuvo varios hijos y que habría de ser cofundadora de la Sociedad de Beneficencia (1823) y segunda presidenta.
Carlos Sánchez Viamonte era hijo del doctor Julio Sánchez Viamonte (1856-1931) y de Bernabela Molina Salas. Julio Sánchez Viamonte era hijo de Julio C. Sánchez, a su vez hijo del coronel Modesto Antonio Sánchez, y de Carmen Viamonte, hija menor del general Juan José Viamonte y, entonces, por vía paterna, nieto de ambos próceres. Abogado -intentó recibirse con una tesis revolucionaria sobre "El matrimonio" (1882), que fue rechazada-, profesor universitario, constituyente provincial (1889) y nacional (1898) y diputado nacional (1899 y 1912), consecuente defensor de las autonomías provinciales y municipales. Su esposa, Bernabela Molina Salas, era bisnieta del general Juan José Viamonte y nieta del hacendado Francisco Jenaro Molina y de Bernabela Viamonte, hija mayor del prócer, por lo cual, por vía materna, Carlos Sánchez Viamonte era tataranieto del general Juan José Viamonte.
Su origen patricio y sus antepasados, ligados íntimamente al nacimiento e independencia de la Nación, no fueron obstáculo para que, buscando un camino para hacer realidad los altos postulados de la Reforma Universitaria, en 1931 se afiliara al Partido Socialista junto con los doctores Alejandro Korn (1860-1936) y Julio V. González (1897-1955).
Albacea de la libertad.
Carlos Sánchez Viamonte, poeta en su juventud -faceta poco conocida-, abogado (1914), doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales (1923), profesor de Historia en la Escuela Nacional Superior de Comercio de La Plata (1914-1931), profesor de Historia (1919) y de Instrucción Cívica (1930) en el Colegio Nacional de La Plata, consejero de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (1923-1927 y 1929-1930), profesor de Historia de las Instituciones Representativas en el Ciclo del Doctorado (1923-1925), profesor encargado del Seminario de Derecho Público Provincial (1924-1925) y profesor de Derecho Público Actual (1925) en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de la Plata, Profesor de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buens Aires -de la que fue profesor full-time- y en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Reconocido Maestro del Derecho Constitucional y publicista de nota, fue uno de los líderes de la Reforma Universitaria de 1918.
Gran orador, Carlos Sánchez Viamonte fue diputado provincial (1935-1940), diputado constituyente en la provincia de Buenos Aires (1934), diputado nacional (1940-1944), candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, a vicepresidente de la República (1958) -acompañando en la fórmula a Alfredo L. Palacios (1878-1965)- y a senador por la Capital Federal (1963). Fue embajador ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, designado por el presidente Arturo U. Illia (-). A pesar de tanta prosapia, sólo aspiraba a un epitafio que dijera simplemente: "Aquí yace un ciudadano de la República".

18 jul 2008

9 DE JULIO, EN CABALLITO






Ayer nomás, los vecinos del barrio de Caballito, se movilizaron en gran cantidad para participar de los actos del Día de la Independencia. A pesar del arduo "sentimiento antiporteño" en las deliberaciones de 1816 –buscado, laboriosamente elaborado y merecido-, los porteños de hoy recordaron con buen ánimo la fecha patria que permitió un instrumento jurídico a la independencia de la Argentina como país.
Los actos, como es de imaginarse por las fotos que acompañan este texto, fueron en sí mismo folclóricos y teñidos de "nacionalismo gauchesco" muy al "uso nostro" como no podría ser de otra manera. Pero la gente feliz, quizás por el momento, o por que sí. ¿Quién puede entender estos complejos sentimientos? Apenas, la mayor parte de las veces, sólo entendemos parte de los nuestros así que…
Pero de todas formas puede ser preocupante que "la gente" sólo se conforme con lo superficial. Qué no reflexione, especialmente en estos momentos que atraviesa el país, con lo que significó y sigue significando para nosotros el concepto de Independencia. Aquello que enarboló la gente del pueblo en aquel 9 de julio de 1816 en la famosa Casa de Tucumán. Qué no es un postal escolar, como nos hacen creer, sino algo más profundo y visceral para nosotros como gente de este país y como posible proyecto de Nación.
Los festejos de esta fecha, en el barrio es lo que muestran las fotos: vecinos, desfiles de gauchos, la banda del Colegio Militar, y un poco más de esto y un poco menos de aquello.

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Otro asunto: La gente que visita este blog sabe que "nuestra tendencia" es a "la seriedad". Es decir, tratamos de subir "aportes temáticos" para la reflexión o el ejercicio de la memoria, sin considerar que otros planteos o temas también son tan buenos o importantes como los que se nos pueden ocurrir a nosotros. Sabemos que muchos blogs son usados para "socializar" y ahora, con este tema, pretendemos hacer un poco "de sociales" como se decía en otros tan tiempos más o menos cercanos.
Estuvimos en parte de los actos del 9 de Julio en Caballito. Nos encontramos con gente del Centro de Gestión y Participación número 6, especialmente con su jefe de prensa (Emiliano Delio es un muchacho de una gran simpatía), con el Sr. Santoro, con el Sr. Fernández del Mercado El Progreso, con Miguelito "el Conde de Caballito", y con varios amigos más. Con todos nos saludamos festivamente. Nos extrañó la ausencia de la gente del periódico ABC, de la gente de Horizonte, lo que nos hizo suponer que andarían en otro acto en algún otro lugar del barrio. Sucede que los vecinos, de este barrio, son tan "voluntariosos" que rara vez arman un gran equipo para un gran acto y son tan "entusiastas" que la mayor parte de las veces andan peleados unos con los otros porque todos parecen querer hacer las mismas cosas.
Después nos acercamos a una invitación que teníamos en los fondos de El Mercado el Progreso… pero al parecer este espacio tradicional de carnes, frutas y verduras, había sido medio "copado" por políticos del gobierno de la ciudad (que se prendieron de "los choripan"); y, como entendió mi compañera, no se notó casi nada de entusiasmo por nuestra presencia, así que nos retiramos a mirar los caballitos estacionados en una esquina. Los equinos criollos, dueños de tantas glorias guerreras en esta patria, miraban el suelo con una especie de timidez o vergüenza ajena. ¿Será por algo en particular? Quizás sólo se trataba de cansancio o del estrés producido por el espectáculo que momentos antes habían dado ante la gente del barrio.
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¿Esto era hacer sociales? Creo que las formas en otros tiempos eran más formales y teñidas de cierta hipocresía. Sucede que hoy la gente se ha convertido en más superficial, en más ignorante de los significados de las cosas, del buen trato con los demás, del verdadero sentido de las Fechas Patrias y de tantas otras cosas más. Pero bueno… quizás sea poco lo que uno puede hacer, salvo como en este caso, bloguear las propias cuitas para "socializarlas" con los demás.
Respuestas y comentarios al siguiente correo: juno1ster@gmail.com
NOTA: ESTE TEXTO SE PUEDE SUBIR AL BLOG RECIEN AHORA, YA QUE POR ALGO IMPENSADO, LA PAGINA FUE BOMBARDEADA DE ELEMENTOS DAÑINOS QUE IMPEDIAN ACCEDER A ELLA. AGRADECEMOS, INDIRECTAMENTE, A QUIENES NOS QUIEREN TANTA O NOS HACEN SENTIR TAN IMPORTANTES.

3 jul 2008

EL 9 DE JULIO, LA INDEPENDENCIA




Las provincias fueron convocadas para reunirse en Tucumán y enviaron sus diputados. Estuvieron incluidas algunas del Alto Perú, por entonces en manos realistas, pero se excluyeron Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y la Banda Oriental, por diferencias políticas. Entre los congresistas, predominaba el sentimiento antiporteño, lo que no impidió la hegemonía posterior de esta provincia sobre las demás. Las sesiones comenzaron el 24 de marzo de 1816, con Álvarez Thomas como Director Supremo, en la casa de doña Francisca Bazán de Laguna y fueron anunciadas por una salva de 21 cañones. En ese momento se producía el parto de la autoafirmación y el nacimiento de la Nación aún pendiente en este país.
De alguna manera el 9 de Julio de 1816 y nuestra Declaración de Independencia, serán para siempre, un valor político específico: el nacimiento de la Argentina. Aquellos primeros hechos tuvieron como escenario ese icono conocido hoy como la Casa de Tucumán, y fueron la concreción de un largo proceso iniciado mucho antes del 25 de Mayo de 1810. ES UN SIMBOLO MAYOR DE NUESTRA HISTORIA PASADA Y PRESENTE.



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Los hechos históricos que signaron nuestra independencia fueron básicamente los siguientes: Después de resolver la designación de Pueyrredón como Director Supremo, el Congreso se abocó a debatir sobre el mandato que tenían los diputados acerca de la Independencia. Así se llegó al 9 de julio, con la presidencia de Francisco Narciso de Laprida. Él tuvo el privilegio de preguntar a los congresales: ¿Queréis que las provincias de la unión sean una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Todos los diputados contestaron afirmativamente e inmediatamente se labró el "Acta de la Emancipación". Este documento, grabado nebulosamente en la memoria escolar, es poco revisado por los habitantes adultos de este país. Un país y su gente que hoy más que nunca necesitan conectarse con sus orígenes para ver con más claridad lo que preanuncia el futuro.


EL VIEJO TEXTO DEL ACTA DE LA INDEPENDENCIA
DE LAS PROVINCIAS UNIDAS EN SUD-AMERICA


En la benemérita y muy digna Ciudad de San Miguel del Tucumán a nueve días del mes de julio de mil ochocientos dieciséis: terminada la sesión ordinaria, el Congreso de las Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto y sagrado, objeto de la independencia de los Pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España; los Representantes sin embargo consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, Pueblos representados y posteridad; a su término fueron preguntados:
¿Si querían que las Provincias de la Unión fuesen una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Aclamaron primero llenos del santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteró sucesivamente su unánime y espontáneo decidido voto por la independencia del País, fijando en su virtud la determinación siguiente:
Nos los Representantes de las Provincias Unidas en Sud América reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los Pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo del seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama.
Comuníquese a quienes corresponda para su publicación y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un Manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.
Dada en la Sala de Sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros Diputados Secretarios.
Francisco Narciso de Laprida, Diputado por San Juan, Presidente Mariano Boedo, Vice Presidente, Diputado por Salta Dr. Antonio Sáenz, Diputado por Buenos Aires Dr. José Darragueira, Diputado por Buenos Aires Fray Cayetano José Rodríguez, Diputado por Buenos Aires Dr. Pedro Medrano, Diputado por Buenos Aires Dr. Manuel Antonio Acevedo, Diputado por Catamarca Dr. José Ignacio de Gorriti, Diputado por Salta Dr. José Andrés Pacheco de Melo, Diputado por Chibchas Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante, Diputado por la Ciudad de Jujuy y su territorio Eduardo Pérez Bulnes, Diputado por Córdoba Tomás Godoy Cruz, Diputado por Mendoza Dr. Pedro Miguel Aráoz, Diputado por la Capital del Tucumán Dr. Esteban Agustín Gazcón, Diputado por la Provincia de Buenos Aires Pedro Francisco de Uriarte, Diputado por Santiago del Estero Pedro León Gallo, Diputado de Santiago del Estero Pedro Ignacio Rivera, Diputado de Mizque Dr. Mariano Sánchez de Loria, Diputado por Charcas Dr. José Severo Malabia, Diputado por Charcas Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros, Diputado por La Rioja Licenciado Gerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera, Diputado por Córdoba Dr. José Colombres, Diputado por Catamarca Dr. José Ignacio Thames, Diputado por Tucumán Fray Justo de Santa María de Oro, Diputado por San Juan José Antonio Cabrera, Diputado por Córdoba Dr. Juan Agustín Maza, Diputado por Mendoza Tomás Manuel de Anchorena, Diputado de Buenos Aires José Mariano Serrano, Diputado por Charcas, Secretario Juan José Paso, Diputado por Buenos Aires, Secretario.


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LA CASA DE TUCUMAN

Hacia fines del S. XVII, el alcalde Diego Bazán y Figueroa había construido su vivienda en el terreno que hoy ocupa la Casa de la Independencia, según lo atestigua su testamento de 1695. En 1765 la Casa pasó a ser propiedad de Doña Francisca Bazán, esposa de Miguel Laguna, que la recibió de sus padres como dote.El frente de la casa, con sus características columnas, debió ser construido por los Laguna y Bazán, ya que este tipo de ornamentación aparece en el Norte a fines del Siglo XVIII. En 1816, ante la necesidad de contar con un local para las sesiones del Congreso que se reuniría en Tucumán, se optó por la Casa de Doña Francisca Bazán de Laguna.
El Presidente Nicolás Avellaneda, de origen tucumano, emitió un decreto del Poder Ejecutivo Nacional para la compra de la casa por el Estado, con la expresa recomendación de que se conservara el "antiguo y venerable salón".La Casa estaba en muy mal estado entonces el Gobierno decidió demoler el auténtico frente y "las habitaciones del ala derecha del primer patio", dejando intacto el Salón de la Jura, separado de las nuevas oficinas del Juzgado y Correo, que ocuparon el costado izquierdo y el frente.
El Ingeniero Stavelius dirigió los trabajos, dando a la casa una fachada "Neoclásica" con un entablamiento y un gran frontis, cuyo arranque estaba flanqueado por "dos leones acostados", como lo describe el Arq. Mario Buschiazzo.En 1880, la Casa se encontraba en estado lamentable, con excepción de la nueva fachada. Hasta el techo del Salón de la Jura amenazaba derrumbarse. En 1881 se logró que el Correo restaurase y engalanase, aunque modestamente, el histórico salón.En aquella época, se colocaban para las fiestas patrias los retratos de dieciocho de los Congresales, realizados por Augusto Ballerini (1887) y adquiridos por el Gobierno Nacional. Cuando pasaban los festejos, estos eran llevados a la Biblioteca Sarmiento donde eran conservados y custodiados.
En 1896, debido al mal estado de las habitaciones la Casa quedó totalmente abandonada. En 1902 el deterioro de la casa había avanzado. Doña Guillermina Leston de Guzmán -dama tucumana famosa por sus obras de beneficencia- solicitó al entonces Ministro de Obras y Servicios Públicos de la Nación, Emilio Civit, de paso en Tucumán, que evitara la destrucción de la Casa. Su solicitud fue escuchada, y el Presidente Julio A. Roca, aprobó el proyecto de construcción de un templete que protegiese únicamente el Salón de la Jura, demoliéndose el resto de la propiedad. Recordemos que fue el Presidente Nicolás Avellaneda, tucumano como Roca, quien hizo que el Gobierno Nacional adquiriera la Casa en 1874 con la expresa recomendación de que se conservara el "antiguo y venerable salón". Para ornamentar "El Templete", el Presidente Roca encargó a la escultura tucumana Lola Mora la confección de los bajorrelieves que representan 'El 25 de Mayo de 1810' y 'La Declaración de la Independencia'. El 'Templete' fue inaugurado el 24 de septiembre de 1904.
En 1916, Centenario de la Independencia, el Gobernador Ernesto Padilla promulgó una Ley que determinaba la expropiación del terreno colindante con la Casa, hacia calle 9 de julio, actual patio de homenajes y donde se encuentran los bajorrelieves de Lola Mora.
En el interior del Templete se encontraba el Salón de la Jura de la Independencia, que habitualmente se engalanaba para las fiestas tucumanas, como la celebración de San Miguel. En 1940 comenzó a gestarse la idea de reconstruir íntegramente la Casa de la Independencia. Por un proyecto de Ley presentado por el Diputado Nacional por Tucumán, Ramón Paz Posse, se aprobó la obra.
En 1941 se declara a la Casa Monumento Histórico Nacional. El Doctor Ricardo Levene, Presidente de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos fue uno de los entusiastas propulsores de la reconstrucción. La tarea de la reconstrucción fue encomendada al célebre arquitecto Mario J. Buschiazzo, el que realizó lo que se denomina "arqueología colonial" y en base a los antiguos planos, inició excavaciones de sondeo en busca de los antiguos cimientos. Estos aparecieron en el lugar donde lo había indicado. Buschiazzo consiguió elementos arquitectónicos originales del S. XVIII para la reconstrucción de la Casa.
En el año 1986 el Distrito Noroeste elaboró un proyecto de restauración integral de las cubiertas, que se desarrolló en dos etapas. La primera en 1986, abarcó tres salas y sectores de galerías. La segunda etapa, en 1993, incluyó el resto de la Casa, mereciendo especial atención la restauración de la cubierta del salón principal, único sector de la Casa original. Por estos días el ambiente de la Casa de la Independencia, histórico y simbólico, ha servido de marco a una de las mas importantes Cumbres del Mercosur.

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LAS "ACTAS SECRETAS" DEL CONGRESO DE TUCUMÁN.

Están fechadas tres días antes de la Declaración de la Independencia y es -a no dudarlo- un documento trascendente de nuestra historia. Se trata de la pieza escrita que narra con mayor precisión las palabras de Belgrano dadas a los congresales -reunidos en sesión secreta- para conocer la situación política de Europa, de la que Belgrano acababa de regresar. Las palabras de Manuel Belgrano causaron honda impresión en los congresales y fueron uno de los principales elementos de juicio que los indujeron a tomar la decisión que finalmente los hizo fundadores de una Argentina libre.
Oscar García Massa menciona esto y aclara para los buscadores de tesoros: "Decidimos no transcribir el acta sino, solamente, agregar el facsímil tal y como vio la luz. En complicidad con ustedes, creemos que leer el acta con cierta dificultad, como obliga a hacerlo el manuscrito y lo antiguo del documento, puede ser un homenaje, personal, intenso y austero de nosotros para aquellos que tanto arriesgaron por la independencia jurídica de este país."