15 jun 2009

SACERDOTE Y CONDENADO- POR OSCAR SERRAT EN AGORA 21


Hemos recibido y publicamos este trabajo de reflexión del colega Oscar Serrat, reconocido periodista y amigo. También otros materiales, alcanzados por Anibal Sicardi, que creemos servirán para los que aún están preocupados por lo que pasa en el ambiente criminal de nuestro país y en la justicia que se ejerce. Hoy es la Iglesia la involucrada... la misma que, como se leerá más adelante dice en un comunicado oficial: "Es por eso que la Iglesia se muestra orgullosa de sus sacerdotes esparcidos por el mundo", subraya el mensaje que pueden visualizar al final de estos textos. Agradecemos a Oscar Serrat la lucidez expuesta en el enfoque de su tema.



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Sacerdote argentino condenado a
prisión por abuso sexual contra menores.

Por Oscar J. Serrat.

El sacerdote católico Julio César Grassi fue condenado el miércoles a
15 años de prisión, por un Tribunal Oral Criminal de la vecina ciudad
de Morón, al oeste de la capital argentina, que lo halló responsable de
abusos sexuales reiterados en perjuicio de menores de edad, que estaban
a su cargo en la Fundación Primero los Niños, que dirigía el religioso.
Sin embargo, el tribunal rechazó el pedido de que Grassi quede desde
ahora detenido, antes de que la sentencia sea confirmada por instancias
judiciales superiores.
Pero se le prohibió tener contacto o relación con niños y abandonar el
país sin permiso judicial. La defensa de Grassi había pedido su absolución, en tanto que el fiscal de la causa, Alejandro Varela, reclamó una condena de 30 años de cárcel
La querella contra Grassi fue realizada por tres jóvenes abusados por
Grassi, identificados solamente por sus nombres, Ezequiel, Gabriel y
Luis, y se sustentó en una abundante prueba en el juicio. Cuando se
produjeron los abusos sexuales, tenían, respectivamente, 9, 13 y 17
años.
Las denuncias de pedofilia contra obispos y sacerdotes de la Iglesia
Católica se conocen desde hace más de 200 años, pero recrudecieron a
partir de la segunda mitad del siglo XX, particularmente en los Estados
Unidos y en Europa, involucrando a miles de religiosos, muchos de los
cuales fueron acusados ante los tribunales de justicia y recibieron
condenas.
Estas denuncias y las consiguientes sentencias judiciales obligaron a la
Iglesia romana a pagar sumas millonarias en indemnizaciones a las
víctimas de semejantes abusos, ocasionando en ocasiones serios
quebrantos financieros a las distintas diócesis, algunas de las cuales
se declararon en bancarrota. La invariable actitud de la Santa Sede ante estos escándalos es y ha sido de encubrimiento y ocultamiento, más preocupada por eludir los escándalos públicos que por los delitos cometidos. En la mayoría de los
casos, el Vaticano aplicó sanciones disciplinarias bastante benignas a
los curas pedófilos, limitándose generalmente a trasladarlos a otras
funciones, lejos del lugar de los hechos -aunque a menudo también en
contacto con niños- o a aislarlos temporalmente en centros religiosos
de reclusión.
¿Por qué se produce este fenómeno con tanta frecuencia en las filas del
sacerdocio católico, al punto de haber generado una copiosa
bibliografía, con títulos como “Pederastía en la Iglesia Católica”, del
español Pepe Rodríguez? Las razones son estudiadas dentro y fuera de la Iglesia. Entre las causas mencionadas seguramente la más frecuente es la del celibato
obligatorio para los sacerdotes católicos.
Para algunos investigadores, no todos los curas están en condiciones de
cumplir este precepto ya que sus urgencias sexuales los llevan a buscar
compensaciones afectivas más fácilmente orientadas hacia los niños que a
adultos, ante los cuales ocultan dichas tendencias.
Se ha dicho también que aquellos que ya abusan sexualmente de los niños
en forma deliberada, a menudo ingresan al sacerdocio para obtener el
encubrimiento de una institución que se centra en el celibato.
El ya mencionado Pepe Rodríguez realizó una investigación entre 400
sacerdotes españoles, indicando que el 60% de ellos mantiene relaciones
sexuales.
En los Estados Unidos es donde el tema ha sido estudiado con mayor
amplitud. Un especialista, John Jay, autor de un informe sobre el abuso
contra niños, sostiene que en el término de 50 años, entre 1950 y 2002,
hubo en ese país acusaciones contra 4.392 sacerdotes católicos, lo cual
representa el 4% del clero de ese país, denunciados por haber abusado de
unos 10.667 menores de edad.
La Iglesia Católica estadounidense debió pagar indemnizaciones que
superaron los 570 millones de dólares por los abusos sexuales de sus
sacerdotes, en conceptos de gastos legales, terapias para las víctimas y
tratamientos para los infractores. La suma no incluye los 85 millones de
dólares que la Arquidiócesis de Boston tuvo que abonar para resolver
las demandas contra un número considerable de sus sacerdotes. Esa
Arquidiócesis, la cuarta en importancia de los Estados Unidos, anunció a
comienzos de 2005 el cierre de 65 de las 357 parroquias de su
jurisdicción. El Arzobispo Bernard Law, titular de la diócesis, fue
trasladado al Vaticano y puesto a resguardo de eventuales consecuencias
legales.
En diciembre de 2006 la Arquidiócesis de Los Angeles, liderada por el
cardenal Roger Mahony .acordó pagar 60 millones de dólares para resolver
45 de los más de 500 casos pendientes relacionados con abusos sexuales
cometidos por sacerdotes. Otras tres diócesis, la de Tucson, en el
estado de Arizona, de Spokane, en el estado de Washington y de San
Diego, en California, se declararon en quiebra al no poder afrontar las
demandas contra sus religiosos.
En España, Pepe Rodríguez publicó acusaciones contra el Arzobispo de
Barcelona, monseñor Ricardo María Carles Gordó, por haber protegido y
encubierto a sacerdotes y diáconos de su diócesis, acusados de haber
corrompido sexualmente a no menos de 60 menores y adolescentes.
Según estudiosos del tema, se conocen escándalos por abusos cometidos
por sacerdotes contra niños y adolescentes en Francia, Italia, Alemania,
Austria, Polonia, Gran Bretaña, Irlanda, México, Costa Rica, Puerto
Rico, Colombia, Argentina, Chile y Brasil. En el caso de Brasil, la nación con mayor número de católicos en el mundo, provocó recientemente conmoción la noticia de que el conocido sacerdote Edson Ives dos Santos, de 64 años, párroco de una localidad agrícola en el estado de Goiás, era autor de un cuadernillo titulado “Manual del Cura Pedófilo”, que hacía circular entre los religiosos con
parecidas inclinaciones a las suyas. El cuadernillo contenía comentarios y “recomendaciones” sobre cómo abordar a los niños y granjearse su confianza.
Dos Santos elegía sus víctimas entre los huérfanos del hospicio de la
parroquia del Inmaculado Corazón de María. Fue detenido y procesado.
Otro sacerdote brasileño, Tarcisio Sprícigo, de 48 años, fue condenado
a 15 años de prisión por violar a un niño de cinco años que tenía bajo
su custodia.
Según la revista “Istoé”, unos 1.700 sacerdotes brasileños, el 10% del
clero de ese país, están siendo investigados por abusar de niños y
adolescentes.
Tal era el escándalo provocado por el clero brasileño que en septiembre
del año pasado el Papa Benedicto XVI envió una comisión del antiguo
tribunal del Santo Oficio, ahora denominado Congregación de la Doctrina
de la Fe, para que investigara lo que allí ocurría y le presentara un
informe. Trascendió que la comisión comunicó al Pontífice que se
encontró con una docena de sacerdotes condenados por abuso sexual, 40
fugitivos y 200 enviados por la Iglesia brasileña a clínicas
psicológicas para ser “reeducados”.
En la Argentina el caso del sacerdote Grassi es el que cobró mayor
notoriedad, por involucrar a menores que estaban a cargo del religioso
en la institución paradójicamente denominada “Primero los Niños”.
Anteriormente dos obispos, monseñor Juan Carlos Maccarone, de Santiago
del Estero y Edgardo Storni, de Santa Fe, debieron renunciar y alejarse
del país, cuando se reveló que mantenían relaciones sexuales con
varones. En el caso de Maccarone era con un joven remisero de 23 años,
pero en lo que respecta a Storni sus víctimas fueron seminaristas,
según relató con abundantes detalles la periodista Olga Wornat, en su
libro “Nuestra Santa Madre”.
La jerarquía de la Iglesia Católica ha recibido generales críticas por
la actitud, de carácter institucional, que adopta ante el alud de casos
de pedofilia que se registra entre sus sacerdotes. Porque a pesar de que
estas conductas están sancionadas por el Derecho Canónico, la Santa
Sede ha impuesto una política de ocultamiento, encubrimiento y falta de
comunicación a las autoridades estatales, ante delitos que castigan
todos los códigos penales del mundo civilizado.
En numerosos casos, los sacerdotes y religiosos acusados por actos de
abuso sexual contra menores de edad, recibieron como sanción llamados de
atención privados y fueron desplazados a otros sitios alejados del
lugar. En algunas diócesis se sometió a los curas pedófilos a
tratamientos y evaluaciones psicoterapéuticas, tras las cuales casi
siempre quedaron nuevamente habilitados para reanudar sus actividades
pastorales, si a juicio de los psicólogos o psiquiatras no había peligro
de reincidencia. En todos los casos, era prioridad el mantenimiento del
secreto y la “discreción”, para no afectar el prestigio de la Iglesia.

(*) De la redacción de Mercosur Noticias.



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OTRO COMENTARIO: GRASSI QUEDA EN LIBERTAD
PERO EL OBISPO LAGUNA COMPROMETIDO.

“El sacerdote Grassi quedará en libertad hasta que quede firme la
sentencia con algunas restricciones.”

El primer día hábil de cada mes el cura debe presentarse ante el
Tribunal que lo condenó. Su domicilio será en la provincia de Buenos
Aires y no podrá estar en la Fundación Felices los Niños, que él dirigía, ni tampoco en alguna dependencia o anexo de la Fundación y, tendrá que pedir autorización si se va de su casa por mas de 24 horas. i va a la Fundación tendrá que hacerlo acompañado de una persona y tiene prohibido tener contacto con menores. Tampoco puede estar cerca de los tres menores denunciantes ni persona cercana a ellos. No puede salir del país y queda sometido al proceso.


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Diversos organismos apelarán la resolución sobre la libertad de Gras:
Como parte del fallo quedó comprometida la participación del Obispo
emérito Justo Laguna, de Morón. El Tribunal Oral Nº 1 de Morón envió a
Fiscalía General Departamental material relacionado con Carlos D’Elia”,
de la Gerencia de Producción del Canal 13 de Buenos Aires, testigo en la
causa, quien declaró que mantuvo una reunión con Laguna sobre las
actuaciones de Grassi en la Diócesis de Morón. Laguna se habría
referido negativamente sobre la persona de Grassi. D¨Elía declaró que el
Obispo habría sido presionado por personas relacionadas con Grassi. La
Fiscalía debe decidir si existen pruebas para iniciar una causa judicial
a Laguna. Elías habría declarado que tanto él como su esposa fueron
amenazados en relación con la causa sobre Grassi.



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COMUNICADO OFICIAL DE LA IGLESIA CATÓLICA ROMANA

Acerca de la sentencia al sacerdote Julio César Grassi:
El Tribunal Oral Nº 1 de Morón condenó hoy al padre Julio César Grassi a
15 años de prisión por 2 de los 17 cargos de abuso sexual y corrupción,
aunque seguirá en libertad hasta que la sentencia quede firme tras las
apelaciones. Ante las numerosas consultas llegadas a esta agencia, es
oportuno aclarar que la autoridad eclesiástica no suele emitir juicio ni
comentario alguno sobre la actuación de la justicia civil en casos en
los que están involucrados miembros del clero, ya que la Iglesia acata,
como siempre lo hizo en casos similares, el veredicto de la justicia
civil, que es pareja para todos los ciudadanos.

La Iglesia está orgullosa de sus sacerdotes

En el mensaje a los sacerdotes, el prefecto de la Congregación vaticana
para el Clero, que firma la carta en nombre del Santo Padre, dice que
“la Iglesia quiere decir, sobre todo a los sacerdotes, pero también a
todos los cristianos, a la sociedad mundial, mediante los medios de
comunicación globales, que está orgullosa de sus sacerdotes, que los ama
y que los venera, que los admira y que reconoce con gratitud su trabajo
pastoral y su testimonio de vida". El cardenal Hummes reconoce que "es verdad que a algunos se los ha visto implicados en graves problemas y situaciones delictivas", pero aclara: "Obviamente es necesario continuar la investigación, juzgarlos debidamente y aplicarles la pena merecida". Sin embargo, añade, "estos casos son un porcentaje muy pequeño en comparación con el número total del clero". "La inmensa mayoría de sacerdotes son personas dignísimas, dedicadas al
ministerio, hombres de oración y de caridad pastoral, que consuman su
total existencia en actuar la propia vocación y misión y, en tantas
ocasiones, con grandes sacrificios personales, pero siempre con un amor
auténtico a Jesucristo, a la Iglesia y al pueblo; solidarios con los
pobres y con quienes sufren".
"Es por eso que la Iglesia se muestra orgullosa de sus sacerdotes
esparcidos por el mundo",
subraya el mensaje.