28 sept 2009

VÍCTOR OSCAR GARCÍA COSTA Y JOSE LUIS ROMERO


En la foto: Legislador Raúl Alberto Puy, Víctor García Costa, Luis Alberto Romero y Dora Barrancos.



COMPARTIMOS LAS PALABRAS DE GARCIA COSTA EN SU CONFERENCIA "José Luis Romero, el artesano de la historia del hombre y de las ideas".
EL MOTIVO fue el Centenario del nacimiento de José Luis Romero (1909-1977).
Organizó: Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Lugar: Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Salón: Ciudad de Montevideo.
Día: Miércoles 9 de Septiembre de 2009. Hora 18:00.
Como siempre, las expresiones cargadas de conocimiento de García Costa, están nutridas en un conocimiento profundo del tema... además, por la importancia de José Luis Romero, la lectura de este trabajo –que sirvió de base a la citada conferencia-, es imprescindible para el conocimiento del hombre y del historiador. Ahora, a esta líneas, las compartimos con ustedes con en AGORA 21 con su debida autorización del estimado García Costa a quien agradecemos su proverbial generosidad de siempre.



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Ante la gente que se acercó con interés al Salón Montevideo del Palacio de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por resolución de ésta y a propuesta del Legislador Doctor Raúl Alberto Puy, se rindió homenaje al destacado historiador argentino, con motivo de recordarse el centenario de su nacimiento, Víctor García Costa, ex legislador de la ciudad, especialmente invitado, expresó:
La familia Romero era una familia andaluza, formada por el padre: Francisco Romero Rivas (nacido en Antequera, Málaga), la madre, Aurora Delgado Muñoz (nacida en Sevilla) y sus siete hijos, todos sevillanos, que llegó a Buenos Aires en 1905. El padre se dedicó al comercio textil en Buenos Aires, en Mendoza y otras capitales y ciudades de provincia.
Entre los antecesores de la familia Romero se halla el abogado y político andaluz Francisco Romero Robledo (Antequera, Málaga, 1838 - Madrid, 1906), varias veces ministro durante los reinados de Amadeo I, Alfonso XII y la regencia de María Cristina, que tuvo activa participación en la política española en tiempos de Práxedes Mateo Sagasta (1825-1903) y de Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897) y en los partidos Liberal, Constitucional, Reformador y Conservador, en un nomadismo político absolutamente contrario a la conducta política e intelectual de los Romero que vivieron y se destacaron en Argentina. Sabido es que a la familia no se la elige.
Francisco Romero:
Francisco Romero, el hijo mayor, nacido en Sevilla el 18 de junio de1891, tenia 13 años al llegar con sus padres y hermanos a la Argentina. En las postrimerías de su bachillerato, Incitado por el químico Carlos Stura, amigo de su padre, incorporado hacía poco como profesor en el Colegio Militar, cursó estudios de ingeniería en ese Colegio entre 1910 y 1917. Toda su carrera militar estuvo comprendida entre su ingreso, en 1910, y su retiro en 1931, tras el golpe militar del 6 de septiembre de 1930. Durante su curso, fue asistente del entonces coronel Enrique Mosconi (1877-1940), ese digno militar que señaló a su presente y a la posteridad, algo que algunos nativos todavía no han aprendido, esto es: que "Entregar nuestro petróleo, es entregar nuestra bandera".
Hombre de exquisita cultura, autodidacta de alto nivel en el campo de la Filosofía, Francisco Romero fue discípulo de Alejandro Korn (1860-1936), el filósofo de la libertad creadora. Fue profesor de Filosofía, en las Universidades de Buenos Aires y La Plata, e introdujo la idea de trascendencia en el campo de la ontología: "ser es trascender", tema que desarrolló en su libro "Teoría del hombre".
Muchas generaciones de argentinos estudiamos en la famosa Lógica de Francisco Romero (1891-1962) y Eugenio Pucciarelli (1907-1995).
En medio de los desencuentros argentinos, en 1953, Francisco Romero fue exonerado y encarcelado. Varias veces laureado, fue reconocido como el más grande filósofo de América Latina.
José Luis Romero:
Dedicamos esos párrafos previos a Francisco Romero porque él fue, además del sostén de la familia, tras la muerte de su padre, en 1919, el primer maestro de José Luis Romero, dieciocho años menor que él.
Recuerdo haber concurrido con Carlos Sánchez Viamonte (1892-1972) al Crematorio del Cementerio de la Chacarita, un día de 1962 para despedir los restos de Francisco Romero y allí haber contemplado el profundo dolor de José Luis Romero ante la desaparición física de su hermano y maestro.
Nos hemos reunido para evocar la figura de José Luis Romero, con motivo del centenario de su nacimiento. Tres artículos publicados el 23 de febrero de 1997, al cumplirse 20 años de su fallecimiento, definen su personalidad: uno, de Gregorio Weinberg (1919-2006), se titula José Luis Romero, el saber de los saberes; otro, de Natalio Botana se titula, José Luis Romero, un hombre de varios mundos; el tercero, de su hijo Luis Alberto, se titula José Luis Romero, el proyecto de un artesano.
Me gustó mucho esta última calificación de "artesano" porque es la que utilizo para mí cuando, ante una charla como ésta, se me pregunta cómo me presentan. Siempre digo: "como un modesto artesano de la historia", con lo que le quito toda esa presuntuosidad con que suele envolverse la mayoría de los historiadores.
José Luis Romero nació en Buenos Aires en 1909 y murió el 27 de febrero de 1977 en Tokio, Japón, donde participaba en una reunión del Consejo de la Universidad de Naciones Unidas, en el que había sido designado en 1975. Ese transcurrir de su vida entre las antípodas de distancia curiosamente marcada por los lugares de su nacimiento –Buenos Aires- y de su muerte –Tokio- con las que atravesó el planeta, se me presentan como un símbolo que tiene mucho que ver con su concepto global e integral de la historia,
Fue periodista, historiador, escritor y docente. Separado de sus cátedras, ejerció el periodismo. Desde 1953 hasta 1955, convocado por Juan Valmaggia, escribió los editoriales de la sección política internacional de La Nación. También creó y dirigió publicaciones, como Clave de Sol, Imago Mundi (1953-1956) y escribió notas y artículos para diarios y revistas. Exiliado, fue profesor de la Universidad de la República, en Montevideo. Después de 1955, Rector de la Universidad de Buenos Aires y más tarde Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En ambas puso en práctica los postulados de la Reforma Universitaria de 1918 y sus gestiones son memorables.
En 1933, se casó con Teresa Basso, graduada en filosofía en la Universidad de La Plata. Fueron invitados por el filósofo Saúl Taborda (1885-1943), y así pasaron unas semanas en Unquillo, Córdoba. El matrimonio tuvo tres hijos: María Luz, María Sol y Luis Alberto, que bucea activamente en el campo de la historia.
Su formación inicial:
Durante su infancia asistió al Colegio del Salvador. Allí estaba cuando murió su padre, como hemos dicho, en 1919, y Francisco Romero, ante la precaria situación de la familia, asumió la responsabilidad del sostenimiento familiar y dedicó especial atención a la educación de su hermano menor José Luis Romero
José Luis Romero cursó sus estudios en la Escuela Normal Mariano Acosta, donde se recibió de maestro y, más tarde, de profesor de Historia y Geografía, cargos que ejerció entre 1930 y 1937.
Simultáneamente comenzó su formación con lecturas dirigidas por su hermano. Así pasaron n por sus manos y ojos escrutadores libros de poesía, literatura, historia, filosofía y arte.
Acompañamiento deportivo:
Por ese tiempo, como hacían otros intelectuales porteños, comenzó a practicar boxeo. Lo hacía en el gimnasio de Raúl Landini (?-1998). Este era un hombre culto, que sería subcampeón olímpico con medalla de plata en las Olimpíadas de Ámsterdam de 1928. Conocí a Landini por intermedio de mi querido amigo, el periodista y dibujante Roberto Mezzadra (1912-1998) y ante el horror de mis compañeros lo llevé a hablar al Partido Socialista sobre boxeo. El Partido proponía la municipalización del Luna Park y la prohibición del boxeo profesional. En la sede del Partido, Landini expuso sobre El boxeo por la alegría y fue largamente aplaudido. Landini, que fue un gran estilista que no se dejaba pegar en la cara, era un hombre sensible, como la mayoría de los boxeadores, lo que lo llevó a crear la Casa del Boxeador, de la calle Bartolomé Mitre, que sirvió y sirve de refugio y protección a los boxeadores olvidados por los empresarios explotadores. Landini murió el 29-09-1988.
Pocos años después, José Luis Romero llegará a ser un, al menos, curioso guardaespaldas de Alfredo L. Palacios (1878-1965), cuya casa frecuentaba desde su adolescencia. Los Romero hacia 1928 se mudaron a una casa de la calle Charcas 4734, frente a la casa de Palacios que aún está en el 4741. En esa casa de los Romero encontró Palacios refugio muchas veces, llevado por José Luis, en medio de la persecución originada en la represión de 1930.
Por esos años, José Luis Romero comenzó a leer en profundidad historia griega, romana y medieval. Se apasionó con obras de Ernesto Renán, Ernesto Roberto Curtius, Gustavo Glotz y Teodoro Mommsen, entre otros.
Acompañamiento artístico:
Con sus amigos, Jorge Romero Brest (1905-1989), Horacio Cóppola (1906-?) e Isidro Maiztegui (1905-1996) participó con pasión de la actividad cultural que ofrecía Buenos Aires. Iban al Teatro Colón y visitaban museos y talleres de artistas como Lino Enea Spilimbergo (1896-1964), Emilio Pettorutti (1892-1971), Alfredo Guttero (1882-1932), Raquel Forner (1902-1988), el escultor Alfredo Bigatti (1898-1964).
Con León Klimovsky (1906-1996), Jorge Romero Brest, Horacio Coppola, Ulyses Petit de Murat (1907-1983), Jorge Luis Borges (1899-1986) y César Tiempo (1906-1980), atraídos por la fotografía y el cine, fundaron el primer Cineclub de Buenos Aires, que funcionó en Amigos del Arte. Allí hablaron, entre otros, Federico García Lorca (1898-1936), Waldo Frank (1889-1967), José Ortega y Gasset (1883-1955), Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) y David Alfaro Sequeiros (1896-1974),
También, junto con Jorge Romero Brest, Horacio Cóppola e Isidro Maiztegui fundaron la revista de arte y literatura contemporáneos Clave de Sol, de la que sólo se publicaron dos números. Fueron colaboradores el mexicano Alfonso Reyes (1889-1959) y Francisco Romero.
El historiador y el político:
En julio de 1929, en el Nº 242 de la revista Nosotros, dedicado a Paul Groussac (1848-1929), fallecido el 27 de junio de ese año, José Luis Romero publicó su primer texto de historia, "Los hombres y la historia en Groussac".
Comenzó la carrera de historia en la Universidad de La Plata, donde eligió a sus maestros: Alejandro Korn y el dominicano Pedro Henríquez Ureña (1884-1946). Integró el grupo de Luis Aznar y Arnaldo Orfila Reynal (1897-1998), militantes de la Reforma Universitaria, que lideraba Julio V. González (1899-1955).
Después del golpe militar del 6 de septiembre de 1930, José Luis Romero se acercó al socialismo. Es el año en que ingresaron al Partido Socialista Alejandro Korn, Julio V. González y Carlos Sánchez Viamonte. Romero dictó cursos en la Universidad Popular de La Plata, después UPAK, Universidad Popular Alejandro Korn, de tendencia socialista.
Para las elecciones de 1931, apoyó la fórmula presidencial Lisandro de la Torre (1868-1939) - Nicolás Repetto (1871-1965), de la Alianza Civil, coalición integrada por el Partido Demócrata Progresista y el Partido Socialista, la que fue derrotada por el fraude.
En 1933, publicó el folleto La formación histórica, editado en Santa Fe por la Universidad Nacional del Litoral). Es el texto de una conferencia dictada en esa Universidad, donde dejó planteado el proyecto total de su obra histórica futura.
Un año después, en 1934, obtuvo el título de profesor de historia en la Universidad de La Plata. Durante los años 1935 y 1936 recorrió Europa junto con su esposa Teresa y fueron testigos del comienzo de la Guerra Civil Española y del avance del nazi-fascismo. En 1937 presentó su tesis de doctorado en la Universidad de La Plata que trató sobre La crisis de la República Romana.
Entre 1937 y 1940 se desempeñó como Secretario de la Dirección de Maternidad e Infancia, creada a partir de la ley sobre Maternidad e Infancia presentada por Alfredo Palacios.
Al obtener el cargo de docente en la Universidad de La Plata (1938) inició su labor de investigador en historia medieval. Publicó El Estado y las facciones en la Antigüedad, que editó el Colegio Libre de Estudios Superiores. Así comenzó su larga vinculación con el Colegio Libre y con su secretario, Luis Reissig, en cuya revista, Cursos y Conferencias, se publicaron los resúmenes de sus clases. En ese Colegio Libre, en 1941, juntamente con Claudio Sánchez Albornoz (1893-1984) y Emilio Ravignani, fundó y dirigió la Cátedra de Historia.
Entre 1938 y 1940. escribió en el periódico antinazi Argentina Libre y participó en diversas actividades con intelectuales españoles exiliados en Argentina por la guerra civil española, entre ellos: Francisco Ayala (1906-) y Rafael Alberti (1902-1999), el medievalista Claudio Sánchez Albornoz, los editores Antonio López Llausás (-1971) y Gonzalo Losada.
Después de varios años de vivir alternativamente en Buenos Aires y La Plata, se instaló en Buenos Aires en la calle Guatemala 4494. Viajaba regularmente en tren a La Plata con Pedro Henríquez Ureña para dictar sus clases, lo que dio lugar a largas conversaciones entre maestro y discípulo.
Ese tren, llamado de las 05:00, era famoso: en él viajaban a La Plata, además de Romero y Henríquez Ureña, Alfredo L. Palacios, Carlos Sánchez Viamonte, Julio V. González, José Peco (1895-?) y, alguna vez, Alfonsina Storni (1892-1938). También lo hacía René Favaloro (1923-2000), como lo ha relatado en su libro "Don Pedro". En ese tren, en uno de sus viajes a La Plata, el 11 de mayo de 1946 muere su maestro Pedro Henríquez Ureña
En 1942 inició la publicación de sus importantes obras con La Crisis de la República Romana, basada en su tesis doctoral
Al ser creada la cátedra de Historia de la Historiografía en la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Plata, obtuvo por concurso el cargo de profesor. En tanto, en la Universidad de Buenos Aires era creado el Instituto de Historia de España, dirigido por Claudio Sánchez Albornoz, y allí José Luis Romero intensificó su formación en historia medieval y publicó varios trabajos en los Cuadernos de Historia de España. En 1943 dio a publicidad su libro Maquiavelo Historiador.
En vísperas de las elecciones de 1946. se afilió al partido Socialista. Integró la Comisión de Cultura junto con Arnaldo Orfila Reynal, Julio V. González y Carlos Sánchez Viamonte. Le encomendaron la dirección del periódico El Iniciador, en el que firmaba algunos de sus artículos con el seudónimo José Ruiz Morelo. Se sucedieron sus publicaciones: La Historia y la Vida (Ed. Yerba Buena, Buenos Aires), Sobre La Biografía y la Historia (Ed. Sudamericana, Buenos Aires). Las ideas políticas en la Argentina (Fondo de Cultura Económica, México, 1946) que dedicó a su maestro Henríquez Ureña.
Por decisión del gobierno fue declarado cesante en sus cargos, al igual que un numeroso grupo de profesores universitarios.
Dirigió, entonces, varias colecciones de la Editorial Argos junto con Jorge Romero Brest y Luis M. Baudizzone. Entre 1947 y 1948, escribió en la revista Realidad, fundada y dirigida por su hermano Francisco Romero. En el Consejo Editorial participaban Eduardo Mallea (1909-1982), Ezequiel Martínez Estrada (1895-1964), Julio Rey Pastor (1888-1862) y Raúl Prebisch (1901-1986) y colaboran Jorge Luis Borges, Julio Cortázar (1914-1984) y Ernesto Sábato (1911-).
En 1948 dejó su casa de la calle Guatemala y se mudó a su casa de Adrogué, en Cerretti 928, donde vivirá hasta su muerte. Allí creó su jardín y trabajó en su taller de carpintería, sus hobbys. El mismo año, publicó El ciclo de la revolución contemporánea (Buenos Aires, Argos, Buenos Aires, 1948), que apasionó a los jóvenes de ese tiempo, y La Edad Media (Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1949).
Desde 1949 y hasta 1952 viajó semanalmente a Montevideo, donde se desempeñó como profesor en la Universidad de la República. Allí fue titular de las cátedras de Introducción a los Estudios Históricos y de Filosofía de la Historia. Asimismo, escribió una serie de libretos sobre temas históricos, que se emitieron por Radio SODRE, con música de época seleccionada por el compositor Juan José Castro, también exiliado en Montevideo
Miembro de la Academia Nacional de Ciencias (1950), participó en el Encuentro de Intelectuales Latinoamericanos en La Habana (1951), obtuvo la beca Guggenheim (1952) y pasó ese año en la Universidad de Harvard, investigando los orígenes del espíritu burgués. La investigación, concluida en 1966, se publicó en 1967 bajo el título La revolución burguesa en el mundo feudal. También publicó De Heródoto a Polibio. El pensamiento histórico de la cultura griega ( Ed. Espasa-Calpe, Buenos Aires).
Entre 1952 y 1953, integró el comité de redacción de la revista Buenos Aires Literaria, que dirige Andrés Ramón Vázquez, en la que colaboró. Publicó La cultura occidental (Ed. Columba, Buenos Aires, 1953).
Desde 1956, militó activamente en el Partido Socialista y fue elegido presidente del Congreso del Partido de ese año. El Partido estaba profundamente dividido. La división venía de lejos, casi desde la muerte de Juan B.Justo, lo que no había impedido que el Partido llegara a tener un bloque de 44 diputados nacionales. Romero ocupó un lugar fundamental, alineado especialmente junto a Carlos Sánchez Viamonte y Julio V. González. González había iniciado la obra de reubicación del Partido, en célebre polémica con Américo Ghioldi, pero moriría en noviembre de 1955. Quedaban Carlos Sánchez Viamonte y José Luis Romero, que era 17 años más joven. Y, por supuesto, Alfredo L. Palacios.
Los jóvenes socialistas lo seguíamos a todas partes donde él hablara: charlas, conferencias y actos políticos, que no eran otra cosa que la continuidad de aquellas charlas y conferencias. Eran clases de socialismo y, sobre todo, de historia, con las que analizaba el presente y señalaba el porvenir. Para escucharlo llenábamos los locales partidarios hasta las veredas y las calzadas. Recuerdo uno de ellos, por la concurrencia fervorosa, en el local de la 2ª, en Monteagudo 50, frente al Parque de los Patricios y en la que a medida que hablaba el fervor se iba convirtiendo en atento y respetuoso silencio.
Vicepresidente de la SADE, tras el fallecimiento de su presidente, Vicente Barbieri, lo sucede en el cargo.
Publica Introducción al mundo actual (Ed. Galatea-Nueva Visión,, Buenos Aires) y Argentina, Imágenes y Perspectivas (Ed. Raigal, Buenos Aires).
Elegido miembro del Comité Ejecutivo del Partido Socialista junto con Alfredo Palacios, Alicia Moreau de Justo y Carlos Sánchez Viamonte, el conflicto interno se agudiza, lo que lo lleva a polemizar fuertemente con el sector "ghioldista".
En septiembre de 1957 es el orador principal en un acto en Plaza Congreso en defensa de la universidad estatal y laica que reune 1.000.000 de personas.
Profesor por concurso de la cátedra de Historia Social en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, se hhizo cargo de la cátedra de Historia Medieval. Asimismo, creó el Centro de Estudios de Historia Social en el que se formaron importantes historiadores argentinos. El Centro publicó una serie de estudios monográficos y fuentes, así como la revista Estudios de Historia Social, de la que aparecieron dos números.
Tomó parte activa en la división del Partido Socialista, en 1958. Con Alfredo Palacios, Carlos Sánchez Viamonte, Ramón Muñiz, Alicia Moreau de Justo, entre otros, constituyó el Partido Socialista Argentino.
Integró el directorio de la recién creada EUDEBA, la editorial de la Universidad de Buenos Aires, que dirigio Boris Spivakow y fue inspirada por Arnaldo Orfila Reynal. Dirigió junto con Gino Germani, Jorge Graciarena y Torcuato Di Tella la investigación sobre Impacto de la Inmigración Masiva en la Argentina (1959). También dirigió la Revista de la Universidad de Buenos Aires, hasta 1965.
Viajó a Cuba, en 1960, invitado por el gobierno revolucionario, donde se entrevista con Fidel Castro y con el "Che" Guevara. En 1961 en la Facultad de Filosofía y Letras expresó su apoyo a Cuba con motivo de la invasión a Bahía de los Cochinos. Publica Ensayos sobre la burguesía medieval (Universidad Nacional de Buenos Aires).
Cuando en 1961, se produce una nueva división del Partido Socialista Argentino, Romero adhirió al partido Socialista Argentino de Vanguardia, pero casi inmediatamente se alejó de la militancia partidaria, disconforme con el entrismo y la lucha armada que fueron las propuestas en que ese grupo se redividió, apenas conformado.
En 1962 fue elegido Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y dirigió la recién creada Sección de Historia de la Cultura en la Universidad de la República, en Montevideo.
En 1965 renunció al Decanato de la Facultad de Filosofía y Letras y se jubiló como profesor. Fue nombrado Profesor Honorario.
Continúa su formidable producción intelectual con Breve Historia de la Argentina (Eudeba, Buenos Aires), El Desarrollo de las ideas en la sociedad argentina del Siglo XX. (Fondo de Cultura Económica, México), Latinoamérica: situaciones e ideología (Ediciones del Candil, Buenos Aires, 1967) y La revolución burguesa en el mundo feudal (Buenos Aires, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1967), El pensamiento político en la derecha latinoamericana (Ed. Paidós, Buenos Aires, 1970). Preside el directorio de la Editorial Siglo XXI de Argentina (1972). Lo acompañan Leopoldo Porthoy y Gregorio Weinberg. Dirige la Gran Historia Latinoamericana (Ed. Abril, Buenos Aires, 1972-1973) junto a Luis Alberto Romero como director adjunto. Latinoamérica, las ciudades y las ideas (Ed. Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 1976). Félix Luna publica Conversaciones con José Luis Romero (Ed. Timerman, Buenos Aires, 1976). Póstumamente se publica Crisis y orden en el mundo feudo burgués (Ed. Siglo Veintiuno, México, 1980).
A lo largo de su vida, Romero recibió múltiples honores y distinciones: Doctor Honoris Causa de la Universidad de la República (Uruguay) (1963). Doctor Honoris Causa de la Universidad de San Marcos de Lima, Miembro de la Académie Internationale d’Histoire des Sciencies, Miembro de la Medieval Academy of America , Condecoración "Palmas Académicas" otorgada por la República Francesa. En el año 2000 se impuso su nombre a una plazoleta de Buenos Aires, ubicada en las calles Curapaligüe y Belisario Fernández Moreno, próxima a la sede actual de la Facultad de Filosofía y Letra.
Lo recuerdo alto, fornido, atlético, con una elegancia natural, la cabeza alzada, con sus ojos vivaces e inquisidores tras sus gafas de grueso marco, siempre sonriente y, sobre todo, su decir especial, cuidado, de voz puesta, en la que con su acento denunciaba su pertenencia a un hogar español.
En abril de 1976, le llevé el borrador que, con mi firma y como Secretario General, emitió el Partido Socialista Popular después del golpe militar, para conocer su opinión. Conservo el original con sus anotaciones. La última vez que lo visité en su casa fue el 18 de julio de 1976. Lo recuerdo bien porque por él, al llegar, me enteré que la dictadura había matado a Mario Roberto Santucho. Pocas horas antes de partir él para Tokio, conversamos telefónicamente y dejamos pendiente una charla para su regreso.
Diría, para terminar, lo que él dijo de Alfredo L. Palacios: José Luis Romero fue esencialmente un hombre moral, al que le repugnaba anteponer a los ideales los intereses materiales y al que todo acto de corrupción le parecía una traición. Durante tanto tiempo nadie hizo tanto por las ideas por las cuales luchaba. A lo que le agregaría, que en Romero se ve con claridad una unidad profunda entre sus dichos y sus hechos.
© VICTOR OSCAR GARCIA COSTA

25 sept 2009

UTPBA – Sobre LIBERTAD DE EXPRESION y la nueva LEY DE MEDIOS

UN CONCEPTO CLAVE SOBRE ESTE TEMA: "La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires –dice oficialmente- que ha sido, entre otros, un actor fundamental en el reclamo, las propuestas y el marco conceptual desde donde había que concebir un nuevo marco regulatorio para el ámbito audiovisual nacional, vuelve a señalar – con coherencia histórica - que No hay Democracia Informativa sin Democracia Económica. Esa es la lucha hoy, la de ayer y la de siempre".
CONCEPTOS QUE NECESARIAMENTE COMPARTIMOS ANTE LA IGNORANCIA GENERALIZADA, QUE ANTEPONE ODIOS MEDIÁTICOS O SIMPATIAS POLÍTICAS A UNA NECESIDAD QUE ES PARA BENEFICIO GENERAL DE TODOS LOS ARGENTINOS.
Ahora bien... mediáticamente se ha convertido a este "marco conceptual regulatorio"... (la Ley de Medios)... como expresión de un tema político. Por un lado por los monopolios que no quieren perder sus privilegios economicos y por otro por el gobierno que utiliza el tema para su propios asuntos. Como siempre, en el medio, nos encontramos nosotros... y una propuesta, valida o debatible como necesidad pública, terminará por ser bastardeada por los intereses de siempre.





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DICE EL COMUNICADO DE LA ENTIDAD GREMIAL:
"OBTUVO MEDIA SANCIÓN LA NUEVA LEY DE MEDIOS AUDIOVISUALES"
Buenos Aires, 17 de septiembre (ANC-UTPBA).- En la madrugada de hoy la
Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual que impulsa el Gobierno Nacional, con 146 votos a
favor, tres en contra y tres abstenciones. El próximo siete de octubre continuará el debate en el senado de la Nación y se definirá si es aprobado el proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
A continuación, la ANC reproduce a todos sus abonados la posición de la
UTPBA y de su Observatorio de Medios:
PORQUE LA HISTORIA VALE Y LAS PALABRAS TAMBIEN
1.- La lucha del conjunto de los periodistas y comunicadores sociales por
reemplazar la ley 22.285 de la dictadura y las enmiendas que, en pleno
proceso democrático, favorecieron la concentración monopólica de los Medios
de Comunicación, data desde la apertura democrática, en 1983 y se mantuvo
presente a lo largo de todos estos años.
2.-Como sostuvimos y recordamos oportunamente a través de nuestra prensa
"Ley de radiodifusión- La Historia Vale", la Unión de Trabajadores de Prensa
de Buenos Aires considera pertinente puntualizar algunos tramos del
recorrido de acciones políticas masivas, publicas, del orden jurídico y
social que ha construido una referencia clara en torno a uno de los temas,
la radiodifusión, entre otros, que remiten al Derecho Social a la
Comunicación en su forma jurídica, económica y social.
1984/86: Formuló una convocatoria amplia, participó en la elaboración y
presentó ante el Congreso Nacional un proyecto de Ley de Radiodifusión para
reemplazar la sancionada por la dictadura militar. Se trató del primer
proyecto en la materia presentado por una organización que alcanzó estado
parlamentario. La iniciativa surgió al recuperar los trabajadores de prensa
sus organizaciones tras la intervención militar.
1985/87: Elevó ese proyecto al Consejo de la Consolidación de la Democracia,
instancia gubernamental creada para tal fin, que permitía enriquecer la
iniciativa con la participación de todos los sectores vinculados con la
comunicación.
1985/89: Se hizo –y se hace- cargo y definió su postura respecto del
fenómeno de las radios comunitarias y de la existencia de distintos tipos de
pequeños formatos comunicacionales, resaltando su aporte al desarrollo y
profundización de la democracia. Incorpora a su proyecto inicial una
propuesta de regulación que los alcance y que garantice su crecimiento.
1987/89: Lanzó distintas campañas públicas en defensa del derecho social a
la información y rechazó con acciones y presentaciones judiciales los
intentos empresarios y políticos de decomisos, allanamientos, cierres y
amenazas a los medios de bajo alcance.
1989: rechazó la decisión oficial de privatizar los medios audiovisuales en
poder del Estado y advirtió que se trataba del primer paso en un proceso de
concentración comunicacional inédito y reiteró la postura antimonopólica y/u
oligopólica que expresaba el proyecto de ley elaborado en 1985 junto a otras
organizaciones.
1989/2000: impulsó distintas iniciativas que enfrentaron la concepción
instalada desde el poder político y mediático de la innecesariedad de algún
tipo de regulación y/o legislación en materia de comunicación, entre ellas:
La Peor Opinión es el Silencio, el Año de la Comunicación, Esa Radio No se
Toca, No hay Democracia Informativa sin Democracia Económica, el Primer
Congreso Mundial de la Comunicación, iniciativas protectivas del derecho
social a la información ante la Convención Constituyente reunida en Santa
Fé, En la Lucha de Ideas las Ideas que no se Conocen no Luchan, todo ello en
el marco de innumerables luchas en defensa de los puestos y fuentes de
trabajo.
2000/02: propuso incluir entre los protegidos por la ley de Bienes
Culturales a todos los trabajadores de los medios de comunicación como
principales productores culturales, ante el proyecto que favorecía
groseramente a los grandes grupos mediáticos. La propuesta no fue tenida en
cuenta.
2004: fue uno de los firmantes de "los 21 puntos básicos por el derecho a la
comunicación", junto a distintas organizaciones sociales.
2005: rechazó la extensión de licencias para los principales grupos
comunicacionales, planteando que se beneficiaba el escenario altamente
concentrado en materia de medios.
También observamos en torno a la distribución de la publicidad oficial que
"en la propuesta de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual no está
incluido un reclamo histórico de los medios locales, regionales,
cooperativos y comunitarios: la distribución equitativa de la publicidad
oficial. La explicación es que el proyecto de ley alcanza solo a los medios
audiovisuales y que, su inclusión, estaría dejando fuera de todo tipo de
regulación respecto de la publicidad oficial, al resto de los soportes
comunicacionales. Precisamente, tomando el conjunto de los medios es que se
hace imperioso definir pautas en esa materia. Es que la demanda de más de
dos décadas de trabajadores, de la UTPBA y de distintas organizaciones
sociales, reclama incluir a esos medios en un esquema de la distribución de
la publicidad oficial. Tomar las palabras silenciadas, dar cabida a temas de
interés de las comunidades ignorados por los grandes medios es parte de la
esencia de miles de AM y FM, canales de cable, puntocom y distintos tipos de
herramientas que se expandieron fuertemente en los últimos años. Son miles
de comunicadores sociales cuyo trabajo depende de la consolidación de cada
uno de ellos. El gobierno nacional, los provinciales y municipales deben ir
sobre esa reparación histórica. No excluir y distribuir entre los que menos
tienen también incluye a la comunicación"
La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires que ha sido, entre otros,
un actor fundamental en el reclamo, las propuestas y el marco conceptual
desde donde había que concebir un nuevo marco regulatorio para el ámbito
audiovisual nacional, vuelve a señalar – con coherencia histórica - que No
hay Democracia Informativa sin Democracia Económica. Esa es la lucha hoy, la
de ayer y la de siempre (ANC-UTPBA).

16 sept 2009

NOS AFECTA LA IGNORANCIA – POR AGORA 21

ESTUVIMOS ALGO ALEJADOS... PERO ESTAMOS DE REGRESO. Nada en especial, todo en particular... circunstancias como las que afecta a cualquier mortal. Ya instalados nos llama la atención, para compartir, esta idea de una "Vacuna contra la ignorancia". El autor es Rodrigo Arboleda... investigador del Instituto de Tecnología de Massachusetts. El comentario nos habla de un modelo, de una idea o un hecho que puede ser más o menos discutible, pero para nosotros cualquier cosa que nos quite algo de ignorancia merece un poco de atención... ¿o no?


RODRIGO DICE: Los médicos adquieren instintos que el resto de los mortales no tenemos. Uno de ellos es el sentido de la urgencia. Saben que si no actúan rápido el paciente se les puede morir. Aquellos que trabajan con epidemias adquieren adicionalmente la necesidad de buscar antídotos o vacunas. Buscan, investigan, experimentan y si no son ellos los que las descubren, saben quién lo ha hecho. Y cuando finalmente encuentran una, se les dispara un tercer y contundente instinto, el de vacunar a todo ser humano que se les atraviese por su lado.
El caso que más rápido se nos hace presente es el de la vacuna Salk contra la polio. Se necesitó entonces que un médico, oncólogo para más datos, quien todavía practica su medicina los martes de cada semana , y por caprichos del destino y vaya uno a saber por qué otro bicho que lo picó se metió en política, llegando a ser presidente de su país y tuviera el olfato de descubrir que había una vacuna que nadie más había detectado.
El decidió aplicársela a toda la población, que la necesitaba. Descubrió la vacuna contra la ignorancia! El médico del que hablamos es el doctor Tabaré Vázquez, presidente de Uruguay. Los pacientes, los chicos de primaria de su país. Hace unos dos años y medio se enteró en Davos, Suiza, del proyecto One Laptop Per Child o "Una computadora portátil para cada niño", cuando Nicholas Negroponte lo presentó ante el World Economic Forum. El proyecto, que, como su nombre lo dice, aspiraba a dotar de una computadora portátil a cada niño en edad escolar de primaria, conectada a Internet de alta velocidad y banda ancha, se presentó como una verdadera revolución educativa y una redención para los países en vías de desarrollo.
Tabaré Vázquez entendió inmediatamente, y sin que nadie se lo hiciera saber, que este proyecto proporcionaba lo más cercano que había encontrado como antídoto o vacuna contra la ignorancia. Hablamos de esa ignorancia crasa que genera miseria y esa miseria extrema que lleva a las gentes a la violencia. Ese mal endémico, esa patología dramática que se ha convertido en la maldición de los países en vías de desarrollo.
Hizo cuentas rápidas: Uruguay, tiene unos 3.700.000 habitantes, con unos 260.000 chicos en edad escolar primaria. Regresó a su país y, sin pensarlo mucho ni hacer muchísimos estudios de factibilidad ni crear comisiones de notables ni paneles de expertos que discutieran hasta la saciedad la bondad o maldad de una vacuna de este tipo, armado simple y llanamente con su instinto de médico, que tiene el sentido de la urgencia y de vacunar a las personas cuando se encuentra una vacuna efectiva contra una epidemia, ordenó precisamente 260.000 computadoras portátiles y toda la parafernalia necesaria para conectarlas a Internet de alta velocidad y banda ancha.
Entre el momento en que escuchó la propuesta de Negroponte y la llegada a puerto uruguayo de las primeras laptops pasó menos de un año.
Un año y tres meses después de la llegada de la primera de estas computadoras a suelo uruguayo, la transformación de la sociedad es patente. Se han entregado más de 170.000 portátiles, con una eficiencia y velocidad que en la actualidad ronda las 1500 computadoras diarias entregadas a los docentes y a los estudiantes de primaria.
Los chicos son los dueños de las portátiles. Las llevan a sus casas y, en muchos casos, son ellos los que están enseñando a sus padres, pues muchos de éstos nunca fueron a la escuela y no saben leer ni escribir.
No se han perdido, ni robado ni vendido ni empeñado casi ninguno, pues un inteligente sistema de control posibilita desactivarlo a control remoto, por lo que la computadora robada sólo puede ser usada como pisa papeles. Se ha duplicado, en muchos casos, la asistencia escolar. Se ha minimizado la deserción de estudiantes; se ha observado un aumento de hasta el 50 por ciento del número de horas que los chicos permanecen en la escuela. Para poder entregar una computadora portátil, tiene que haberse llevado a cabo un intenso proceso de inducción y entrenamiento con los docentes, quienes son los primeros en recibir una máquina y, obviamente, con los alumnos. Las escuelas deben haber sido dotadas de un servidor y de los puntos de acceso de la señal de Internet, y la corriente eléctrica debe haber sido estabilizada para no fundir los equipos. Las portátiles vienen cargadas con hasta doscientos libros de todo tipo, escogidos por país, y esto permite un ahorro de dinero que facilita la financiación. Para septiembre (O SEA EN ESTOS DÍAS), Uruguay será el primer país del mundo en el cual la totalidad de los niños de primaria tendrá una computadora portátil personal conectada a Internet de banda ancha. Si lo conocíamos como la "Suiza de América", tendremos que cambiarle el eslogan, porque tocará llamarlo la Finlandia de América o, mejor, llamar a Finlandia "la Uruguay de Europa", porque ningún país del Viejo Continente podrá darse el lujo de decir, como Uruguay, que tiene vacunados a todos sus niños de primaria contra la epidemia de la ignorancia.
© Rodrigo Arboleda, para AGORA 21.
(envio de Camila de Caballito) .... GRACIAS.