Otro libro intenta mostrar El sexo al desnudo
Con recursos narrativos y un sentido del humor sin interrupciones, la investigadora francesa Valerie Tasso propone en su libro "El otro lado del sexo" un catálogo de prácticas sexuales muy variadas que va desde el sadomasoquismo, la sociedad secreta de las Tigresas Blancas y los voyeurs hasta la abstinencia sexual, la cirugía estética de vaginas y las enfermeras sexuales.
La autora se maneja con las siguientes cuestiones basicas en su argumentación:
¿Cuáles son los beneficios del sexo oral? ¿Por qué existen mujeres -las Tigresas Blancas- que se pasan la vida practicando esta modalidad sexual y la elevan a la categoría de arte sagrado?.¿Puede alguien abstenerse de practicar sexo? ¿Es eficaz como terapia para la tercera edad el ejercicio de la sexualidad a cargo de unas expertas enfermeras? ¿Se puede mejorar el placer sexual inyectando colágeno en el punto G? ¿Existen vaginas de diseño?.
En estas y otras cuestiones se concentra Valérie Tasso, una licenciada en Ciencias Económicas que en su tercer libro -antes escribió "Diario de una ninfómana" y "París la nuit"- retoma una de sus temáticas favoritas: el sexo, en este caso (y parafraseando el título de su libro), el otro lado del sexo.
Tasso es también licenciada en Lenguas Extranjeras Aplicadas en Francia, país en el que nació. Trabajó en Barcelona en puestos de alta dirección en multinacionales hasta que decidió hacerse prostituta de lujo. Ahora ha dejado la profesión más antigua del mundo pero sigue muy vinculada al sexo, ya que está cursando su segundo posgrado en Sexología.
Para escribir su obra, la autora viajó hasta "El Reino del Otro Mundo" -un castillo donde las mujeres dominan a los hombres, cuya entrada está rigurosamente restringida-, acompañó a los voyeurs de la Casa de Campo de Madrid y abordó, para todos sus lectores, el "orgasmo masivo y prolongado".
La obra, resultado de una investigación que demandó varios años y que incluye experiencias autobiográficas, habla de sexo pero desde otra perspectiva, ya que se concentra en las inclinaciones sexuales menos habituales, como el sadomasoquismo, el voyeurismo y las nuevas terapias sexuales.
"El otro lado del sexo", editado por el sello Plaza y Janés, arranca con las experiencias registradas en un castillo sadomasoquista en Praga, al que la autora llegó invitada por una amiga suya amante de las prácticas sadomasoquistas para pasar un fin de semana en una convención con "dominadoras" de todo el mundo.
Tasso asegura que se siente atraída por estas prácticas, pero rechaza que sea una modalidad violenta: "Hay gente que lo asocia con la violencia, con algo sucio, cuando no es así para nada; el sexo jamás es violencia, es disfrute; utilizan el dolor pero el fin en sí es el placer", destaca en la obra.
"El 'sadomaso' es un pacto entre dos; si me apetece que me aten y pongo mis límites con mis parejas o con quién sea y estamos de acuerdo en practicarlo ¿qué hay de malo?", acota.
El siguiente apartado de la obra es el dedicado a las Tigresas Blancas, sobre las que Tasso se encarga de informar: se trata de "mujeres taoístas que utilizan la felación para un fin superior, la inmortalidad espiritual; buscan nutrirse del semen que tiene propiedades maravillosas. Su formación es de 9 años; durante 3 se dedican a hacer felaciones".
En otro tramo, la autora aborda las nuevas terapias sexuales que intentan estimular a ancianos y deficientes mentales con el sexo, en un capítulo que sobrevuela el dilema moral de tratar a deficientes negándoles su derecho al sexo.
Otras prácticas sexuales que aparecen en "El otro lado del sexo" son las del voyeurista y el exhibicionista. En este punto, Tasso critica ciertas visiones de la psiquiatría "estas prácticas se ven como una desviación sexual cuando sólo se practica el voyeurismo para llegar al orgasmo".
"El auténtico voyeur no necesita el coito, necesita ver a una pareja practicar sexo para excitarse o recordarla más adelante para masturbarse. Seguimos siendo coitopensantes; ahora es verdad que la cristiandad tiene menos peso, pero han tomado peso otro tipo de moralistas; nos hablan de sexualidad sana o no", sentencia la investigadora.
Finalmente respecto a la visión del sexo en la sociedad actual, Tasso rechaza la manía de medir todo en las relaciones sexuales: el tamaño del pene, la vagina, el tiempo, la cantidad."Es todo un poco loco; obviamente están creando más normas a la normativa sexual; están alimentando la medición del sexo; el error es reducir la sexualidad a la genitalidad; el orgasmo es bonito porque es efímero e intentar explicar que se puede llegar a un orgasmo de 1 hora o más es crear insatisfacciones", señala la autora.
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