AHORA: LA GENERACIÓN DEL PULGAR
Por Gabriela Sharpe
Los jóvenes tienen una característica que los diferencia de las generaciones que los preceden: usan el pulgar. La nueva generación usa un dedo que los adultos manejan poco y nada, pero que a la hora de jugar y comunicarse se ha tornado protagonista. Por generación se entiende al conjunto de personas que viven una misma época, y la clasificación clásica que de ella se hace se basa en los años y el contexto socio-cultural predominante. Ahora, puede agregarse otro enfoque más peculiar: las generaciones se distinguen según el uso que hagan de los dedos de las manos. De este modo se separan dos generaciones: la de los adultos, que utilizan el dedo índice, y la de los niños y jóvenes, quienes usan el pulgar.
La historia de la evolución humana sostiene la importancia del pulgar en aquellas épocas en que el primate andaba colgado por los árboles, ya que aseguraba la función prensil y de este modo podía aferrarse a las ramas y así sobrevivir. Pero en la misma medida que el hombre se fue irguiendo, está función prensil, fue perdiendo importancia y con ella el pulgar.
Y comenzó la decadencia del pulgar, que ahora es conocido con el peyorativote "dedo gordo".
Esto es tan así que la generación de los adultos utilizan el dedo índice como dedo de primer orden, con él se indica, se señala, se toma el bolígrafo y se hace presión para escribir, mientras el pulgar desempeña un papel secundario, de simple apoyo.
De acuerdo con un estudio realizado por la británica Sadie Plant, directora de la Unidad de Investigación de cultura cibernética en la Universidad de Warwick, los pulgares de los jóvenes son más musculosos y fuertes tanto para el uso de celulares como de juegos de video, y los chicos utilizan indistintamente estos dedos, ya que para aprovechar eficientemente las propiedades de un celular es necesario ocupar ambos pulgares, y esto hace que la nueva generación tenga más habilidad en ambas manos para escribir en el celular en contraposición de la destreza centrada en una sola mano, propia de los adultos.
Concluye el informe científico que la transformación no sólo es física, existe también una dependencia, cada vez más pronunciada, hacia el aparato telefónico móvil, "en cierto casos la tecnología se ha convertido en una segunda naturaleza. Esta es la primera vez que tenemos una tecnología que puede ser fácilmente transportada con nosotros. Es por esto que las personas se sienten completamente perdidas cuando pierden su celular", declaró la doctora Plant.
En síntesis, con el envío de mensajes vía celular la nueva generación crece manipulando teléfonos móviles y esto ayuda a modificar el uso habitual de los dedos desplazando la habilidad del dedo índice al pulgar.
El pulgar tomó revancha, y en esta época de comunicación globalizada, ha permitido que no se emitan mensajes por necesidad sino por costumbre.
¿Cuál será la próxima parte de nuestro cuerpo de la cual se apoderará el vértigo tecnológico?
La autora de este texto es periodista, comunicadora social y docente.
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