28 may 2007

JAVIER REVERTE, PERIODISTA, ESCRITOR Y VIAJERO

"Viajar acaba con los dogmas que arrastramos a lo largo de la vida"

Javier Martínez Reverte es un periodista y escritor de dilatada carrera, que precisamente este inicio de verano ha puesto en circulación en Alfaguara su última novela Todos los sueños del mundo, un viaje urbano por Madrid. Javier Reverte lleva viajando muchos años, conociendo gentes y paisajes y plasmando todas sus experiencias tanto en libros y novelas, (por ejemplo, la trilogía que se desarrolla en Centroamérica: Los dioses debajo de la lluvia, El aroma del copal y El hombre de la guerra) como en literatura de viajes, con su fascinante visión del continente negro: El sueño de África y Vagabundo en África.

Para Javier Reverte -en esta entrevista- el viajar es huir de la monotonía y conocer gentes y paisajes. La fascinación del viaje le viene desde niño, cuando las novelas y películas de aventuras le cautivaron para siempre con esas tierras de hombres, de colores y de sabores. El lector, junto a Reverte se siente navegar por falúas omaníes en el Indico o remontando el río Congo en una temible noche en que los militares acechan.

¿Qué fuerza interior nos impulsa a viajar?
Mucha gente piensa que un viaje se realiza para huir de algo, y yo mantengo esa teoría. Uno huye de la monotonía, del estancamiento de la vida cotidiana. Ya lo decía el escritor inglés Graham Greene "Escribir un libro o viajar permiten huir de la rutina diaria, del miedo al futuro". Coincido plenamente con él. La otra causa que nos impulsa a viajar es el conocimiento de gentes, paisajes, países y monumentos. La curiosidad y el saber son el motor de muchos viajeros, entre los que me cuento. Lo ideal sería conjugar las dos cosas, abandonar la monotonía cotidiana y el intercambiar experiencias con gentes de otras culturas que ven la vida de forma diferente a tí. Viajar amplía mucho el horizonte de miras y cuando viajas mucho vas acabando con los dogmas que has arrastrado durante años.

¿Cuál es la diferencia entre un viajero y un turista?
La principal diferencia es el tiempo. El viajero viaja con más tiempo, no está encajonado por una fecha de vuelta, cosa que se si pasa al turista. Otra diferencia es que el viajero no tiene planificada la ruta detalladamente y se abandona a los caprichos del azar. El turista ya tiene un programa hecho en un tiempo concreto y sabe de antemano lo que va a ver. El viajero busca lo que no imagina. De todas formas yo siento un gran respeto por los turistas porque por lo menos salen a ver que pasa por el mundo y rompen con la monotonía.

¿Qué sensación le produce el ver que hay turistas fotografiándolo todo a todas horas?
Yo viajo siempre con una cámara fotográfica, pero no la utilizo en demasía. Me gusta recoger momentos que luego pueden completar mis reportajes o libros de viajes. Por ejemplo, las dos portadas de mis libros sobre África son mías. En cuanto al turista fotógrafo o videómano pienso que muchos ven los países a través del encuadre de un visor y luego ya en casa se enteran de lo que había allá por la sabana. Otros turistas realizan el viaje basándose en las compras, y adquieren todo lo que encuentran a su paso, una forma de viajar también muy respetable, como la de los turistas que fotografían todo.

¿Cuáles son los pros y los contras de viajar en solitario?
Para mí viajar solo no tiene nada en contra. Es mucho mejor viajar solo. Incluso en situaciones de previsible peligro, si vas en grupo siempre hay más posibilidades de que se líe más el asunto. El viaje en solitario te proporciona una sensación enorme de libertad, simplemente el decidir lo que vas a hacer ese día o esa noche sin tener que llegar a un consenso con nadie. De verdad que es muy gratificante. Además si viajas, como yo, con la intención posterior de transcribir esas experiencias en libros es fundamental hacerlo sin compañía. Por ejemplo, esa necesidad de comunicarte con la gente de los países por los que atraviesas nace de esa soledad del viajero escritor que ha decidido libremente con quién y de qué hablar.

Me imagino que decide realizar un viaje para convertir esa experiencia en lo que se denomina literatura de viajes.
¿Cómo se realiza la transición de viajero al escritor?
Mis viajes siempre los hago siempre con un cuaderno de notas, en él apunto ideas mientras las personas se acercan curiosas y comienzan a contarme cosas y a enriquecer ese cuaderno. Ya no sé si viajo para escribir o escribo para viajar, no puedo hacer una cosa sin la otra. Escribir es como detener, mejor dicho, ralentizar el tiempo, como el viajar, ya en su tiempo lo apuntó Graham Greene "Viajar detiene el tiempo". Antes de iniciar un viaje me documento y leo mucho sobre la zona, luego ya in situ tomo las notas en el cuaderno, por las noches paso las notas a un bloc más grande e incluyo las reflexiones del día. En España, retomo esas anotaciones y las doto de ese estilo literario que ayuda a conformar un libro.

¿De dónde le viene la llamada de África?
Con los continentes y los países te encaprichas, y los amas igual que a las mujeres. Nadie sabe muy bien por qué. Antes de ir a África, pasé mucho tiempo en Centroamérica enviando reportajes periodísticos. En aquel periodo convulso de guerras y guerrillas, me cautivó el calor de sus gentes y el nulo valor que se daba a la vida. Se vivía al borde del abismo, a un paso de la muerte. La fascinación por África me viene de la infancia; yo creo, como Hemingway, que África nos devuelve a la niñez. Es el continente literario por excelencia, muchas aventuras que leí de niño y que Hollywood las trasladó al cine sucedían en África, por eso yo soñaba con ir allí. En mi libro Vagabundo en África he seguido la estela de El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, cursando el río Congo. Hay una verdad que es vieja en literatura: la imaginación es una forma creativa de ordenar la experiencia, y es también maestra de la vida y del arte. Y África es la prueba de esa verdad literaria.

A muchos turistas y viajeros les molesta esa sensación de agobio de llegar a un país subdesarrollado y encontrarte con que todo el mundo te pide algo. ¿Qué cree que se debe hacer, ser dadivoso o negarse a dar "limosna" para no fomentar la mendicidad?
Eso pasa sobre todo en lugares muy turísticos. Por donde viajo, yo no suelo tener grandes problemas de agobio. Con estas personas siempre tengo una actitud de cortesía, ya que ellos son gentiles conmigo. Normalmente, sólo les interesa saber de dónde vienes y cómo es la vida en tu país. Yo les doy algo de dinero o tabaco, y cuando creo que es suficiente les digo que no tengo más; ahora bien, es verdad que no es lo mismo salvar la curiosidad de los lugareños en la selva tanzana que el enjambre de personajes que pululan a tu alrededor en el zoco de Rabat.

¿Para descubrir esos mundo recónditos a los que acude el escritor viajero, son útiles los libros de guías o es mejor llevar libros de viaje alusivos a las zonas a recorrer?
Por lo general, las guías tiene una duración de dos años, por lo que su información caduca rápidamente. En países africanos, las informaciones sobre aduanas, rutas y otras cuestiones fundamentales pueden cambiar de la noche a la mañana. Una guerra o una catástrofe natural lo transforma todo. Yo leo las guías en casa y tomo nota de datos fundamentales y me llevo literatura de viajes que describen reflexiones y el alma de esos parajes. Ahora mismo, estoy preparando un libro sobre Grecia y Turquía y me he interesado en saber como las descubrió y sintió Henry Miller hace muchos años.

¿Qué tipo de literatura de viajes recomendaría a los lectores de CONSUMER para que éstos puedan viajar con su imaginación?
Hay muchos libros de viajes que me han aportado mucho. Pero si he de señalar algunos me inclinaría por El coloso de Maroussi de Henry Miller; Viaje al Congo de André Gide; Vía de escape, de Graham Greene y cualquiera de Manu Leguineche, un artista en este tipo de género, por ejemplo: El camino más corto.

REPORTAJE POR GENTILEZA PARA AGORA XXI DE ARTURO ROWE.

17 may 2007

¿CRECIMIENTO Y CUIDADO AMBIENTAL?

Se realizó en Buenos Aires el Primer Congreso Americano de Biocombustibles

El vicepresidente Daniel Scioli inauguró, como saben quienes se interesaron por el tema, el Primer Congreso de Biocombustibles de las Américas. Los objetivos de la reunión eran tratar los avances en materia de esa fuente de energía, y como cierre, se presentó el ex vicepresidente norteamericano Albert "Al" Gore.

El Foro Internacional que se realizó en el Alvear Palace Hotel, ubicado en la avenida Alvear 1891, de la ciudad de Buenos Aires y estuvo como suele ser "tradicional" en estas reuniones rodeada de "secretos" y "manifestaciones" adversas y a favor. Para Scioli el encuentro se referió "a los desafíos del crecimiento y el cuidado ambiental" – como una especie de postura oficial-, y se desarrolló ante un auditorio compuesto por destacadas personalidades y expertos en la materia de distintos países del continente.
El Foro fue organizado por la Fundación Interamericana de Desarrollo (FIAD), presidida por Juan Carlos Iturregui y la Fundación Campo en Acción, dirigida por Julio Cesar Gutiérrez. El vicepresidente centró su disertación en la "situación de la Argentina frente a este sistema global" y los desafíos que representaría la armonización del cuidado ambiental en el marco del crecimiento, el desarrollo y la recuperación productiva y económica. Esto trajo como contrapartida no sólo ese entusiasmo habitual que este tipo de eventos. Las calles cercanas al hotel tuvieron que ser cortadas, debido a que diversos grupos de manifestantes se acercaron a la zona del Alvear para manifestarse con consignas contra Estados Unidos.

Cuando "Al" Gore llegó al país.
El político y ex vicepresidente de Estados Unidos fue, sin dudas, uno de los principales expositores. El problema politico, inherente a nuestros países, como siempre paso a segundo plano. El representante nortemearicano, como algunos entienden, es actualmente uno de los principales expositores a nivel internacional en lo que respecta al cuidado del medioambiente y los peligros que implican el cambio climático. Y aquí no se sabe bien si la intencionalidad es sincera o meramente política como suele suceder en todos estos casos puntuales.
El pidió no sobreestimar el papel de los biocombustibles. "Pueden ayudar", dijo, pero no deberían afectar el precio de los alimentos"."La acumulación de gases tóxicos en la atmósfera –señaló-, es negativa, y cualquier solución que pueda revertir el proceso, como el biocombustible, es buena, pero debe ser manejada con mucho cuidado".
"Hay que cuidar que no haya una excesiva deforestación, y que, por ejemplo, México siga teniendo maíz a precios accesibles, a pesar de la demanda de Estados Unidos para hacer etanol. Los precios de los alimentos no deberían subir demasiado", alertó.

Un "tonito" discursivo especial.
Las palabras de Gore –para muchos-, fueron más parecidas a una advertencia que a un aliento a la producción de biocombustible para el auditorio presente, compuesto en su mayoría por ejecutivos de las industrias aceitera, agroalimenticia y petrolera, que son en definitiva los principales interesados en desarrollar el negocio en el país. Gore protagonizó el documental Una verdad incómoda, por el que ganó un Oscar, en el que advierte sobre los efectos devastadores que podría ocasionar el cambio climático.
Contó con la solícita atención por centenares de empresarios, entre los que se encontraban Raúl Padilla (presidente de la Cámara de Industrias Aceiteras de la República Argentina), Jorge Rocchia Ferro (propietario de la planta de producción de etanol de azúcar más grande del país, de 350.000 litros/día), Daniel Lucci (uno de los mayores procesadores de limón de la Argentina) y representantes de Repsol YPF y BASF entre otras empresas.
"Esto –dijo-, no es más un problema político. Esto es un dilema moral, de supervivencia, que tendremos que resolver en los próximos años". Y dió estadísticas que afecta directamente al país del norte: "Por ejemplo, con el modelo actual de consumo energético, dentro de 45 años la concentración de dióxido de carbono habrá aumentado muchísimo la temperatura, hasta niveles insoportables". "Es un mito que hay que elegir entre el funcionamiento de la economía y la defensa del medio ambiente. Dos de las empresas automotrices que están trabajando en la reducción de emisiones, Toyota y Honda, tienen ganancias crecientes, mientras que la norteamericana General Motors, que no trabaja en el tema, tiene pérdidas", dijo Gore.
Todo su discurso, a pesar de las contradicciones que encerraba, sonó políticamente correcto. No se privó de criticar la negativa de su país de suscribir el Protocolo de Kyoto ni la política ambiental del presidente George W. Bush. "Una vez, un compañero de colegio preguntó si las costas de Africa y de América encajaban, y mi maestro le dijo: «No, estúpido», aunque es obvio hoy decir que sí, que encajan. Ese compañero ahora es drogadicto y mi maestro creo que está trabajando en la Casa Blanca", en referencia a Bush.

La perspectiva desde la Argentina.
Fuera de la "agenda" del Congreso se puede señalar que el desarrollo de una "plataforma" relacionada con la bioenergía en nuestro país contituye una oportunidad beneficiosa. Esta ofrecería, por un lado, la posibilidad de trasladar las ventajas comparativas del campo a la desarrollada agroindustria argentina en expansión. Pero tampoco hay que olvidar, por otro lado, que el futuro económico del país presenta aristas de las que poco se habla. Estas variables tienen que ver con los cambios climáticos posibles. Algunos especialistas están denunciando en estos momentos que hay que ir pensando a dónde trasladar ciertas producciones.
Saben que estos cambios drásticos son posibles –especialmente los meteorólogos e investigadores del clima-, pero también que no cuentan con información básica seria ni intrumentos necesarios para una investigación de fondo. Y, además, lo que es peor: ninguna desición política que los apoye. (JUAN BAZAN).

14 may 2007

MAS SOBRE FILOSOFIA DE LA HISTORIA

América en Hegel y su medular interpretación

POR JUAN CARLOS NICOLAU

En la Introducción a sus lecciones sobre la filosofía de la historia, Hegel expone sus ideas acerca de ésta, las cuales constituyen un profundo análisis que debe ser considerado como el aspecto más medular de sus disertaciones sobre este tema.


Es sabido, se ha repetido reiteradamente, que el lenguaje hegeliano se caracteriza por su oscuridad presentando dificultades para su interpretación, sin embargo si se hace abstracción de su insistencia en exponer su sistema filosófico, que culmina en la Idea Absoluta y el Espíritu y se despojan sus ideas de ese lastre, respecto al flujo de la Historia del mundo, tiene una singular visión filosófica de ésta.
En el presente trabajo se pretende rescatar un aspecto particular de la exposición hegeliana desarrollada bajo el título, "Bases geográficas de la historia", donde se refiere en particular, a la historia de América, la cual obviamente tiene singular interés en estas latitudes.
En el curso de dos períodos (1822-1823) y (1830-1831) el pensador germano desarrollo sus ideas acerca de la filosofía de la historia en lecciones que, luego, fueron trasladadas al libro por sus amigos y colaboradores.
Desde un principio delimitó el campo entre aquello que consideraba la historia propiamente dicha, ya sea original o reflexiva, y la filosofía de la historia. La primera consiste en los relatos de actores y observadores de hechos históricos, la segunda, en cambio, presentan diferentes aspectos tales como interpretaciones de hechos históricos, experiencias que enseñan, o criticas respecto a los sucesos acaecidos. También, dentro de esta categoría incluye las historias particulares, como las referidas al Arte, la Religión o el Derecho. Ninguna puede ser considerada un estudio filosófico. En su opinión la filosofía, al contemplar la historia, debe brindar el Pensamiento en el simple concepto de Razón, pues, para el filósofo, "la Razón es la Soberana del Mundo", dado que la historia se nos presenta como un proceso racional (1).
Explicar la historia, por otra parte, en la mirada hegeliana significa olvidar las pasiones del hombre, el genio, los héroes, los poderes, que tienen su importancia en su desenvolvimiento, prescindir de lo Divino y la Verdad, para ocuparse de los Pueblos.
En definitiva, luego de una serie de consideraciones concomitantes, Hegel expresa su concepto fundamental, cual es: "La Historia del mundo no es otra cosa que el progreso de la conciencia de la Libertad; un progreso cuyo desarrollo está de acuerdo con las necesidades de su naturaleza" (2).
Esta definición muestra una alta valoración del ser humano, pues, éste tiene conciencia de sus actos, a pesar de sus errores y defectos y ha adquirido un conocimiento de la Naturaleza aun cuando el mismo sea relativo.
La Historia, del Hombre que difiere de aquella de la Naturaleza, en su opinión, se mueve desde el Este al Oeste, ya que Europa es el fin de la Historia y Asia su comienzo. Afirma que el Este sabe que, sólo Uno es Libre; el mundo griego y romano sabía que algunos y en el mundo Germano, conocen que todos son libres. En consecuencia la primera forma política que se observa en la Historia es Despotismo, la segunda, Democracia y Aristocracia y la tercera, Monarquía (3).
Para el filósofo nacido en Stuggart la conciencia de la Libertad surgió entre los helenos, el primer pueblo que conciente de esa noción, la defendió de sus enemigos exteriores, como fue durante la invasión del Imperio Persa. No obstante, señala que la existencia de la esclavitud en Grecia, significó que sólo algunos fueron libres y no "el hombre como tal".
En una primera observación, se diría que los hombres hacen la Historia en función de sus necesidades, pasiones, caracteres y talentos, pero estos propósitos son meramente cosas "generales y abstractas", son posibilidades potenciales que no "han emergido en existencia". Para obtener la realización, la actualidad en el lenguaje de Aristóteles, el hombre debe introducir un segundo elemento, la "actividad del hombre en el más amplio sentido" (4).
En última instancia, Hegel afirma que los intereses de los hombres, las pasiones, los instintos sociales que implican un propósito conciente de seguridad para la vida y la propiedad, son en definitiva, motivo "de la Razón que gobierna el mundo y consecuentemente, gobiernan su historia". Para agregar que, en el proceso de la historia del mundo, la cuestión también asume la forma de una unión de la Libertad y la Necesidad (5).
Federico Engels, conocedor profundo del pensamiento hegeliano, sostiene un punto de vista que resulta conveniente comparar con el precedente. Refiriéndose a la actividad histórica del hombre, dice: "Nosotros hacemos nuestra historia, pero en primer lugar, bajo determinadas premisas y condiciones definidas" (6). Las políticas, culturales y otras tienen importancia, pero las económicas son decisivas. En segundo lugar, sin embargo, "la historia se realiza de tal manera que en última instancia es el resultado del choque de muchos deseos individuales que han surgido de una amplia variedad de condiciones de vida". Por lo tanto el curso de la historia hasta ahora es el resultado de un proceso natural, donde cada deseo individual es obstruido por otros y el resultado es algo no deseado. Pero, a pesar de que la economía no otorga a cada uno lo que desea, esto no significa que cada uno no resulte una parte del resultado final. (7)
Para Hegel este choque de pasiones, de deseos individuales son inseparables del desarrollo del principio general, de lo especial y determinado y de su negación, resultará lo universal, aquello que sucede entre el actuar y el pensar de los hombres, al respecto dice: "No es el azar sino el desajuste entre lo potencial y lo actual. La idea universal no se entrega a la oposición, no se expone al peligro; permanece intangible e ilesa, en el fondo, y envía lo particular de la pasión a que reciba los golpes en la lucha. Se puede llamar a esto la astucia de la razón; la razón hace que las pasiones obren por ella y que, aquello mediante lo cual la razón llega a la existencia, se pierda y sufra daño" (8).
Sostiene que "el único pensamiento que la filosofía puede brindar contemplando la historia, es la simple concepción de la Razón: que la Razón es soberana del Mundo y que la Historia de éste se presenta como un proceso racional" ¿Significa esta aseveración la existencia de un determinismo en el curso de la Historia? Poco coherente sería concluir con una afirmación, si se comparte el pensamiento de Engels: "la historia, al igual que el conocimiento", no pueden encontrar su fin en un estado ideal perfecto; una sociedad perfecta (9).
Para Hegel "todo lo real es racional", y los hechos reales son el objeto de la Historia. Consecuente con este pensamiento, lo reitera en la "Fundamentos de la filosofía del Derecho" (p.35) diciendo: responde a una razón (10).
Para el historiador R. G. Collingwood "la posición de Hegel ante la historia es racional, su racionalidad es de especie muy curiosa, porque concibe los elementos irracionales como esenciales para la razón misma." (11). Cabría agregar que, las pasiones, "los elementos irracionales" se mueven enfrentados a los hechos reales en una relación dialéctica. El hombre piensa, pero no en el vacío, sino en una situación determinada y actúa racionalmente de acuerdo con su pensamiento. La contradicción permanente entre la pasión (potencial) y los hechos reales (actualidad) es el movimiento que da lugar a la historia. El motor de este movimiento dialéctico, como señala Hegel en su definición de la Historia, es la necesidad de lograr su subsistencia en la Naturaleza.
Hegel señala la contradicción resultante de aceptar ciertas situaciones, instituciones, etc. que pueden tener importancia en una época, pero que no corresponden a "determinaciones universales y justas". Afirma: ¿Quién no sería suficientemente inteligente para dejar de ver en su ambiente mucho de lo que en verdad no es como debe ser? (12) - (p34).
En la "Historia de la Filosofía", vuelve a reflexionar sobre el mismo problema: lo que es real es racional, y agrega "pero hay que saber distinguir lo que es efectivamente real. En la vida corriente todo es real, pero hay que distinguir entre el mundo que aparece y la realidad" (13).
Los hechos de la Naturaleza, permiten observar la aparición de organismos malformados, animales con cinco patas o dos cabezas, etc. Lo cual prueba que todo lo real no es racional, en tanto no se ajuste a una necesidad. El biólogo J.B.S. Haldane explica que "para cada tipo de animal existe un tamaño óptimo" de acuerdo con sus necesidades, demostrando la vinculación ineludible entre realidad y necesidad (14).
En cuanto a la oposición que se suscita entre el deseo subjetivo del hombre y su concreción, se resuelve cuando éste llega a conocer la relación de causalidad, en cuyo caso desaparece la contradicción entre la Libertad y la Necesidad, ya que sólo el conocimiento de ésta última, destierra la contingencia.
El hombre como ser natural es libre, pero en tanto a su vez es parte de la naturaleza, inmerso en ella, donde está obligado a subsistir, su libertad se restringe. La organización del Estado, conformado para asegurar su libertad, como afirma Hegel, es otra limitación a su libertad (15).
La historia de América en la visión hegeliana.
Como no podía ser de otra forma, la visión hegeliana de la historia de América es netamente europea y es preciso ubicarla en la época de su exposición, en la cual se destaca su sorprendente análisis, sus apreciaciones originales acerca de los sucesos históricos de esa parte del mundo.
Hegel estima importante en el análisis filosófico de la historia el factor geográfico y en éste sentido, al considerar la época en la cual analizó el problema hay que tener en cuenta que la incidencia de la geografía en el desarrollo de los sucesos históricos era poco estudiada por los historiadores. La existencia histórica desde la apreciación hegeliana tiene lugar en el Tiempo y en el Espacio, esta última implica tener en cuenta la Geografía, como un elemento más de la naturaleza.
"El verdadero teatro de la historia, tiene lugar en las zonas templadas", mientras el Mundo comprende el Viejo y el Nuevo. Este último, denominado América, se divide en el Norte y el Sur, en el primero todos los habitantes son de ascendencia europea mientras los pueblos autóctonos, prácticamente, fueron eliminados entre otros factores, por los efectos mortales del hábito del consumo de alcohol introducido por los blancos.
La opinión de Hegel acerca de los habitantes originales americanos es negativa, opina que eran de constitución física inferior, e incapaces de adaptarse a las costumbres europeas, razón por la cual fueron exterminados y sometidos por los instrumentos del progreso, principalmente mediante los caballos y el hierro, afirmación que resulta difícil rebatir, ya que entre dos culturas enfrentadas triunfa aquella más desarrollada técnicamente.
Mientras el Norte fue colonizado en su totalidad por los europeos, presentaba en el momento de las disertaciones de Hegel, "un estado de cosas próspero, un incremento de la industria y la población civil y libertad". Por el contrario la América del Sur fue conquistada, "las repúblicas dependen sólo de su fuerza militar, toda su Historia es una continua revolución, los estados están desunidos" y todos los cambios se originan en revoluciones militares.
Los españoles tomaron posesión de esas tierras para enriquecerse, la religión Católica fue impuesta a los indígenas utilizando, como principios de acción, la fuerza o la subordinación voluntaria.
Si comparamos Norteamérica con Europa, dice Hegel, aquella se presenta como un ejemplo de unidad y de sometimiento a una constitución republicana. Un Presidente se encuentra a la cabeza del Estado, elegido solo por cuatro años. Existe protección para la propiedad privada y completa inmunidad contra las cargas públicas. El verdadero carácter de esta comunidad se observa en el esfuerzo del individuo para adquirir una ganancia comercial, la preponderancia del interés privado, extendido en la comunidad para su propio beneficio (16).
Con respecto a las condiciones políticas de Norteamérica, Hegel sostiene que la existencia de ese Estado no puede ser definida, pues, para que esto tenga lugar, exista un Estado y un Gobierno Real, es necesaria la presencia de clases sociales, esto solo ocurre cuando la riqueza y la pobreza son extremas entre ellas y además, cuando las condiciones son tales que una porción mayoritaria no pueda satisfacer sus necesidades. Las condiciones para una tal situación no se presentaban allí, debido a las tierras desocupadas existentes más allá de los límites de los Estados y por lo tanto, la colonización podía continuar brindando a los colonos posibilidades de mejorar sus condiciones de vida (17).
En Europa, en cambio, esta situación no existía, la tierra estaba totalmente ocupada y los Estados presionaban entre sí para lograr su expansión y más espacios cultivables. En este sentido es preciso tener en cuenta que en esa época la Revolución Industrial no había producido sus efectos económicos que revolucionarían completamente a Europa y al resto del Mundo.
Debido a estas consideraciones, concluye, que América es la tierra del futuro, donde la carga de la historia del Mundo estará presente, quizá, en una controversia entre el Norte y el Sur de América, ya que todos están cansados de los "trastos" del Viejo Mundo. Recuerda a continuación la frase atribuida a Napoleón: "Esta Vieja Europa, me fastidia." (18) - (p.86).
El mundo del presente.
América dice el filosofo en otra de sus disertaciones debe abandonar el terreno donde la ha relegado la Historia del Mundo. "Hasta ahora (1830) el Nuevo Mundo es sólo un eco del Viejo, la expresión de una Vida foránea; como Tierra del Futuro no es aquí de nuestro interés, con respecto a la Historia nuestra preocupación debe ser lo que ha sido y lo que es."
Hegel es categórico, sin embargo, a pesar de argumentar que el objeto de la historia se reduce al pasado y al presente, vaticina que el porvenir histórico del Hombre se encontrará en el Nuevo Mundo. Quizá se sorprendería al observar que sus presunciones se pudieran cumplir a más de siglo y medio de su desaparición física, pues, hoy podríamos aventurar observando la situación mundial, política y económica, que el Viejo Mundo, la Europa cuna de la civilización capitalista, se ha transformado en un imperialismo financiero y los valores de la cultura judeo-cristiana se encuentran en crisis Terminal, sus valores han caducado.
El Nuevo Mundo norteamericano y sus aliados europeos han desarrollado una tecnología y un sistema financiero que se ha expandido por el resto del planeta, sin embargo, sus contradicciones internas y externas, estás últimas tendientes a dominar a todos los pueblos, lo muestran en un callejón sin salida al negar los fundamentos de su razón de ser, la libertad y la democracia para el pueblo por el pueblo.
La "astucia de la razón" se infiltra en las pasiones de los pueblos sudamericanos, decididos a resolver sus propias contradicciones asumiendo el control de sus economías, subyugadas en el pasado por los antiguos imperios europeos, hoy por el capitalismo financiero extendido a todo el globo.
Para Marx la "astucia de la razón" es, concretamente, la fuerza del proceso de producción que mueve los hilos "de toda la historia acaecida hasta nuestros días". La dialéctica idealista deviene materialismo dialéctico. Es pertinente recordar que cita varios ejemplos diciendo como las presiones y las acciones de "Camille Desmoulins, Danton, Robespierre, Saint-Just, Napoleón, lo mismo los héroes que los partidos y la masa de la antigua revolución francesa, cumplieron, bajo el ropaje romano y con frases romanas, la misión de su tiempo: librar de las cadenas a la sociedad burguesa moderna e instaurarla. Los unos hicieron añicos el fundamento feudal y segaron las cabezas feudales que habían brotado sobre él." (19).
El hombre continúa su camino al hacer su Historia y tomar conciencia de la necesidad de alcanzar su Libertad, aboliendo la alienación a la cual ha estado sometido por la sociedad a fin de lograr su subsistencia en la naturaleza. Este conflicto del cual no puede desprenderse le conduce a incursionar en el Espacio, pretende abandonar la Tierra en la búsqueda de otro Nuevo Mundo, lleno de interrogantes e imprecisiones. En este sentido el desarrollo científico y tecnológico, basados en la utilización de los descubrimientos de la física de los campos electromagnéticos y el infinito pequeño, han abierto un escenario de cambios sociales y económicos futuros que, se asemejan a los producidos por la Revolución Industrial.
En ese rumbo se dirige al porvenir, después de todo la Razón, como quiere Hegel, inconcientemente actúa sobre el futuro del Hombre.

ESPECIAL PARA AGORA 21 – POR J. C. NICOLAU.
Mayo 2007.

NOTAS:
1 - G.W.F. Hegel – The Philosophy of History – (1956) p.9 - Dover. New York.
2 - Idem p. 19,
3 - Idem.p. 104
4 - Idem. pp.18 y 22.
5 - Idem. p. 26.
6 - C. Marx en el "El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte" decía: "Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y transmite el pasado". (1978) p.9. Pekín.
7 - Obras Marx y Engels (2001) New York .CW 49-36 (to. y p.)
8 - Hegel. Idem Pagina 34
9 - Federico Engels – L. Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana" (1946) p.10 Moscú.
10 - Hegel – Fundamentos de la filosofía del derecho. (1987) p.35. B.A.
11 - R.G.Collingwood – Idea de la Historia. (1952) p. 141. B.A.
12 - Hegel – The Philosophy of history. (1956) p.34. New York.
13 - E.Bloch – El pensamiento de Hegel. (1949) p. 252. B.A.
14 - J.B.S.Haldane – "On being on the right size" (1985) Oxford.
15 - Hegel The Philosophy… p.40.
16 - Hegel. Idem pagina 85.
17 - Marx en "El dieciocho Brumario" escrito en 1851, señala que "en los Estados Unidos de América, si bien existen clases, éstas no se han plasmado todavía, sino que cambian constantemente y se ceden unas a otras sus partes integrantes, en movimiento continuo" gracias a los medios modernos de producción y a la escasez relativa de mano de obra. (1978) p.20
18 - Hegel . The Philosophy of…p.87.
19 - C. Marx: "El 18 Brumario …" p.10.

12 may 2007

LA VERDAD SOBRE LA LIBERTAD DE PRENSA

Mentira organizada y verdad dispersa

Por Ernesto Vera

Hace 10 años, en la VII Cumbre Iberoamericana, se aprobó por primera vez en esos foros un acuerdo, el número 38, con el siguiente texto: "Por constituir requisitos indispensables de la democracia reafirmamos los derechos a la libertad de expresión, de información y de opinión, fundamentos del derecho que tienen las personas a recibir información libre y veraz, sin censura ni restricciones".

Han pasado casi 24 años desde que se acordó en el seno de la UNESCO, con el apoyo de todas las organizaciones internacionales y regionales de periodistas, los diez principios éticos internaciones del periodismo. El primero de ellos: "El derecho del pueblo a una información verídica."
En 1980 la UNESCO dio aprobación al informe McBride –muchas voces, un solo mundo –, documento histórico en la lucha por el Nuevo Orden Internacional de la Información y la Comunicación (NOIIC). Del extenso texto extraemos: "…parece necesario establecer nuevos procedimientos gracias a los cuales el público esté en condiciones de ejercer efectivamente el derecho a evaluar la acción de los medios de comunicación social… la importancia de la misión periodística en el mundo actual requiere la adopción de medidas encaminadas a realzar su posición en la sociedad. Incluso hoy en muchos países los periodistas no son considerados como miembros de una profesión, ni reconocidos y tratados en consonancia con ello."
Al fundarse la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) en 1976 uno de sus principios expresó que: "La libertad de prensa la conciben como el derecho de nuestros pueblos a ser oportuna y verazmente informados y a expresar opiniones sin otras restricciones que las impuestas por los mismos intereses de los pueblos."
Mucho antes, en 1951, se había proclamado por los periodistas, mediante el Acta de Montevideo, que …"El papel que la prensa había cumplido junto a Martí, Bolívar, Mariátegui, el cura Hidalgo o Flores Magón, fue modificado. El periodismo que había nacido por la libertad se había convertido en un negocio, la noticia en una mercancía y el periodista en un asalariado. La prensa estaba de espaldas a los pueblos…"
De la quinta Conferencia Panamericana, celebrada en Chile en 1923, surge la idea de realizar una conferencia continental de prensa, que se realiza en Washington tres años después. Juan Gargurevich relata que "…era la primera vez que se reunían a tantos propietarios de periódicos de América latina y no está demás recordar que los temas por las diferentes mesas no incluyeron los problemas de los periodistas mismos. A los norteamericanos les interesaban los dueños, no los empleados". Por cierto el presidente de Estados Unidos en esa oportunidad era Calvin Coolidge, el mismo que ordenó la invasión a Nicaragua contra Sandino y envió a la silla eléctrica a Saco y Vanzetti.
En fecha todavía más lejana, 1889, José Martí dijo sobre el resultado de la Primera Conferencia Panamericana que "ha llegado para la América española la hora de declarar su segunda independencia." En aquellas crónicas publicadas en La Nación de Buenos Aires está presente como pocas veces el ejercicio del periodismo sagaz y digno, de compromiso con la ética profesional y la patria grande.
Ese y no otro es el resumen de una historia perversa de 118 años que se manifiesta en nuestros días con el agravante de la concentración y monopolización de los medios que tienen su origen en aquel panamericanismo, la eliminación de las regulaciones contra los monopolios y la mentira en complicidad con los intereses imperialistas. Es cada vez más comprobable el alejamiento ético de los grandes medios, como expresión similar del sistema que los ha generado y mantenido.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), fundada en La Habana en 1943 y refundada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Departamento de Estado en Nueva York en 1950 es la que ha determinado desde entonces donde existe o no libertad de prensa. Es la misma organizadora de campañas feroces contra todo lo que signifique el derecho social, colectivo, además del individual a recibir información veraz, que es la única base legítima de tal concepto.
Creo conveniente recordar esos hechos porque expresan donde ha estado la cuestión esencial de una llamada libertad de prensa dominante que rechaza el reconocimiento de la función de los medios como un derecho de la sociedad. Mientras sea solo la libertad de expresión –derecho individual – mantendrán que la relación emisor – receptor se resuelve en la dirección del que recibe el mensaje y decide cambiar el medio. Es decir, todo queda reducido a la libertad individual de optar por uno u otro órgano de prensa… para seguir leyendo o escuchando lo mismo. ¿No es ese el derecho que han reclamado los medios de prensa en su labor subversiva de promover golpes de Estado en Venezuela? Es la misma historia que ocurrió en Cuba cuando se consideraron con el derecho de ser voceros de las campañas de las agencias de noticias norteamericanas contra los juicios a los criminales de guerra. Y no es distinta a historias similares en el Chile de Salvador Allende, en la Nicaragua sandinista y hoy contra Evo Morales y Rafael Correa en Bolivia y Ecuador. De tener que responder al derecho colectivo, del pueblo, estarían sujetos a rendirle cuenta a la sociedad organizada y no podrían disfrutar del derecho a mentir, como han realizado y reclamado históricamente.
El derecho de la sociedad a exigir la información veraz, los obligaría a reconocer que la libertad de prensa, como todas las libertades, están en las constituciones que tienen los Estados y que no lo compraron con dinero, sino con el heroísmo de sus pueblos. No debe haber un derecho o principio superior a éste, porque no se trata de una libertad surgida en los medios, sino que estos disfrutan de algo que tiene muy distinto origen.
Ello explica las campañas de la SIP contra todos los hechos que he citado, considerándolos ataques a la libertad de prensa. ¿Dónde está la libertad del periodismo y los periodistas cuando tienen como única libertad la de la empresa comercial obtenida con el dinero? ¿Cuándo la SIP determina donde hay o no libertad de prensa, los empresarios que la integran le preguntan su opinión a los periodistas de sus redacciones? Por supuesto que no.
Pero hay más. Todos los procesos progresistas y revolucionarios que se han hecho realidad han tenido en contra a los principales medios de esos países. Esa experiencia permite considerar que, sobre todo en los últimos casos, han tenido como aliados a una superior conciencia crítica sobre el nefasto papel que tienen ante los cambios a favor de los intereses populares. Como nunca se está evidenciando el antagonismo entre los pueblos y los grandes empresarios de la mentira organizada al servicio del imperialismo.
Aunque la CIA – SIP rechace cualquier debate sobre el tema, debemos insistir más en hacer conciencia en relación con el verdadero derecho del que se han apropiado. Y hacerlo principalmente con nuestros colegas de América Latina.
Las bases endebles sobre las que pretende sustentarse la libertad de prensa dominante, debe dar lugar a que celebremos en la fecha del 3 de mayo y todos los días, la libertad del periodismo y los periodistas, que han sabido defender con sus vidas centenares de compañeros latinoamericanos y también de otras regiones. La nuestra es la única profesión en esos países que realizarla con ética puede costar tanto. Es desde hace tiempo la profesión más peligrosa en Latinoamérica y en esa lista no se incluyen los grandes empresarios.
Los matices en cada país de nuestra región no pueden borrar la cuestión de fondo que se materializa en la guerra mediática contra el conocimiento y la información de los pueblos por parte de los medios transnacionales y de sus cómplices locales. Aunque crean lo contrario vivimos tiempos en los que la realidad es factor creciente de influencia y será lo determinante en alcanzar cambios positivos en la sociedad.

Texto por gentileza de ANC-UTPBA.
Nota publicada en Visiones Alternativas (http://www.visionesalternativas.com)
El autor es un periodista cubano y presidente honorario de la FELAP

4 may 2007

LA FERIA DEL LIBRO POR GARCIA

Conciencia del crecimiento

Por Horacio García

Cuando seleccionaba, hace algunos años, fotos del archivo gráfico de la Fundación El Libro para montar una exposición en el hall central de la 30ª Feria, empecé a tomar conciencia de la evolución y el crecimiento que había tenido la Feria del Libro.

Las primeras fotos mostraban stands correctos pero modestos, pasillos con gente que caminaba con comodidad y algunas aglomeraciones frente al lugar en el que un autor firmaba sus libros. Todo esto, como se puede deducir, en el viejo predio situado en la intersección de las avenidas Figueroa Alcorta y Pueyrredón. Las últimas fotos, las de las ediciones más recientes, reflejaban una realidad totalmente distinta. El lugar de la exposición ya no es el mismo. Ahora el predio es mucho más grande. Los stands, mucho más amplios que los de antaño y con construcciones muy atractivas. Ahora se ven pasillos colmados de gente y colas de asistentes que aguardan el momento de ingresar en las distintas actividades que se desarrollan durante las tres semanas de la feria. Este crecimiento físico acompañó a otro que no se ve a simple vista, pero que se descubre si se introduce el tema en cualquier charla con gente relacionada de maneras diversas con el campo de la cultura.
La Feria se convirtió en un punto de referencia para miles de personas que la visitan o que, si no pueden hacerlo, siguen sus alternativas por los medios de comunicación. Es la caja de resonancia que refleja tendencias, temas y personajes que tendrán su importancia en el año. Su papel ha sido vital para la promoción del libro y de la lectura, porque los pone en primer plano durante casi tres semanas, en las que se sigue con atención qué escritor visitó la feria y qué temas se discutieron en tal o cual presentación o mesa redonda. Para muchos de los miles de alumnos que visitan la Feria del Libro con sus escuelas, es su primer contacto con este universo que se repite en pequeño en bibliotecas y librerías.
Tal vez algún libro comprado o sugerido en ese recorrido se convierta en la llave que abra la puerta de la lectura placentera, muy distinta de la obligatoria y a veces tediosa de la vida escolar. Desde el punto de vista de la industria editorial, son importantes las Jornadas profesionales que se desarrollan previamente a la apertura al público. Estas jornadas reciben a libreros, distribuidores y editores de distintos países, que realizan negocios que promocionan la presencia del libro argentino en los distintos mercados.
Debemos recordar que la población hispanohablante es de alrededor de 400 millones de personas, una gran ventaja para los editores que llegan a este público de manera directa, sin pasar por la traducción.
Los motivos que la han llevado a crecer y a tener este papel central son varios. Uno de relevancia creo que tiene que ver con una decisión firme y una certeza de la importancia de mantener en el tiempo este acontecimiento, a pesar de las crisis económicas y políticas que se sucedieron en la Argentina a lo largo de más de 30 años. Otro es incluir a todos los actores del sector, tratando de acentuar intereses comunes y dejar de lado las diferencias. En este momento participan de la organización editores, distribuidores, libreros, autores y gráficos en un pie de igualdad. Los expositores van de la pequeña empresa unipersonal a las más grandes editoriales nacionales o multinacionales, pasando por instituciones afines y representaciones de países y provincias.
La fidelidad del público ha sido clave para mantener vivo el fenómeno, que se logró tratando de que la oferta cubriera los requerimientos de todos en cuanto a temas, libros o autores. No sólo tienen su lugar en la Feria el autor consagrado y el tema masivo, sino también el joven escritor que comienza, o la mesa redonda que no agrupa a más de 50 personas, pero que quizá pocos años después se convierta en suceso.
Nuestra apuesta es que este año no sea diferente, que el público siga participando activamente, que varios autores reciban un impulso para seguir su obra y, una vez cerrada la Feria, este espíritu se traslade a las bibliotecas y a las librerías.

El autor es presidente de la Fundación El Libro