"Propongo un Ágora (un espacio inventado por los antiguos griegos),quizas como una mesa de cafe, para comentar temas y noticias. Apuntes personales para aquellos que generosamente visitan este blog".
31 jul 2007
IGMAR BERGMAN Y MICHELANGELO ANTONIONI
Dos creadores del universo
cinematográfico fallecieron en estos días
La noticia de ambos sucesos se conocieron durante la mañana del 30 y durante la del 31 de este julio que llega a su fin. Ambas noticias son significativas ya que cada uno de estos directores (aquellos autores cinematógraficos), fueron de gran significación entre la generación que paso de la adolescencia a la juventud durante los ’60 y los ’70. Aquel fue un tiempo complejo –lo saben los que pasaron por él-, que los tuvo por protagonistas y referentes culturales para la complicada y sangrienta historia, que luego viviríamos como parte de esa realidad que todavía no podemos explicar claramente. De todas formas, en la realidad lógica de un cine, rodeados de penumbras y suelos, aquellos creadores del cine de ese tiempo nos transportaban a universos cuyo significado personal –para cada uno- aún sigue siendo un enigma.
UN ARTISTA DE LA SOCIALDEMOCRACIA SUECA
Igmar Bergman fue un maestro en el arte cinematográfico del siglo XX. Uno de los pocos que reflejo no sólo el alma humana en memorables películas, sino que también fue reflejando, como en un espejo borgiano, los cambios sociales que producia la instauración de un sistema socialista-democrático en su patria a la que amaba más allá de toda vanidad o veleidad artística. Fue un caso único, en la historia del cine, que un regionalismo extremo –folclorico- se convirtió en universal y que hoy (es extraño) lloran desde "el mundo del cine". El sueco –lo recordamos- jamás filmo nada que no tuviera que ver con su propio país y jamás lo abandono a pesar de que en algún momento "su fama mundial" le permitía ser tentado por el dinero de la gran industria de cine. (Nunca hizo cine para Hollywood, lo que en sí mismo, ya es una postura política asumida a conciencia).
Neurótico, sencillo y magistral, siguió procesando sus historias suecas, sus personajes suecos, sus ensayos en clave sueca sobre aquellos que dolorosamente se transformaban en ciudadanos de un mundo complicado en lucha entre sus raices y los dolores del futuro. La historia política y social de su país –la de su gente en tránsito hacia esa posición social que hoy la caracteriza como una nación modelo en el mundo-, siempre estuvo reflejada en cada una de las historias filmadas a través de una extraordinaria sensibilidad artística e intelectual.
Igmar Bergman impresionó a los argentinos. Aquellos argentinos que, desde la penumbra de un cine, sintieron una extraña conexión con el más prolijo, personal y consecuente de los narradores cinematograficos de la historia de este medio. Pero en este país todo fue a contrapelo de la historia. Entedíamos o admirábamos a Bergman pero con el tiempo simplemente se fue conviertiendose en un recuerdo. Esa liviandad cultural, nuestra y sólo nuestra, no es paradójica... si la observamos se explica a sí misma. Ahora, con su muerte, vuelven de nuestra memoria las imagenes de sus filmes, aquellas notas críticas leidas con avidez; (porque hubo una época en que los argentinos leiamos apasionadamente a tal o cual critico y nos educabamos entre el trabajo de un autor y la reflexión de estos); que luego eran coleccionadas y, (en algunos casos), hasta servían como apuntes de nuestra propia vida.
Y esto nos lleva a ciertos recuerdos personales. Pude ver una pelicula de Bergman, El Silencio, sin cortes de la censura en un mugriento cine que pasaba innombrables filmes que eran catalogados como "eróticos". Aquellos eran tiempos de sacos azules y pantalones grises (tiempos de la secundaria) y las ratoneadas eran obligatorias para ver lo prohibido. Por allí apareció esa copia de El Silencio que muchos verían, más tarde, toda llena de cortes y de escenas censuradas. Aún no era el Bergman que fue para los cinefilos argentinos y para el distribuidor local, aquel material, era directamente "pornografico" y para los cines del circuito marginal. Anécdotas simples pero ilustrativas para mirar nuestro pasado y así no quejarnos tanto de nuestro presente.
PARA REFRESCAR NUESTRA MEMORIA
El legendario cineasta sueco Ingmar Bergman murió a los 89 años en su casa de la isla sueca de Faaro, según anunció su hermana a la agencia de prensa sueca TT. Su muerte se produjo "tranquila y suavemente", según dijo Eva Bergman a TT, que no precisó ni la causa ni la fecha exacta del fallecimiento. Nacido el 14 de julio de 1918 en Uppsala, al norte de Estocolmo, Bergman realizó más de 40 películas en el transcurso de su larga y prolífica carrera, entre ellas "El séptimo sello" (1957) "Gritos y susurros" (1972), "Escenas de la vida conyugal" (1974), "Sonata de otoño" (1978) o "Fanny y Alexander" (1982). Estudió en la universidad de Estocolmo y aprendió a dirigir con un grupo de teatro estudiantil poniendo en escena obras de Strindberg y Shakespeare. A partir de 1944 compaginó el teatro con el cine. En sus inicios ayudante de dirección, Bergman hizo su primer filme "Crisis" en 1945.
Es considerado el maestro del cine sueco. Entre sus más de 40 películas se destacan "Fresas salvajes" (1957), "Gritos y susurros" (1972), "Secretos de un matrimonio" (o "Escenas de la vida conyugal", 1974) y "Sonata de otoño" (1978). En 1976 se instala en Alemania por problemas con el fisco sueco y al año siguiente estrenó "El huevo de la serpiente", sobre el ascenso del nazismo.
De vuelta a Suecia rodó "Fanny y Alexander" (1982), una obra sobre su infancia y su pasión por el espectáculo, que recibió cuatro premios Oscar. En 2003 volvió a ponerse detrás de la cámara y dirigió una película para la televisión sueca, "Saraband". Tras la muerte de su última esposa, Ingrid, en 1995, Ingmar Bergman residía una gran parte del año en la isla de Faaro (al norte de Gotland), en el mar Báltico, que sirvió de escenario para varias de sus obras.
Comandante de la Legión de Honor, miembro de la Academia de las Letras de Suecia y reputado dramaturgo, Bergman reveló su vida privada y profesional en los libros "Linterna Mágica" (1987), "Imágenes"(1993) y "Niños del domingo" (1994), adaptado a la gran pantalla por su hijo Daniel. Casado cinco veces, Ingmar Bergman tuvo nueve hijos.
ANTONIONI: SOBRE EL AUTOR DE BLOW UP
El veterano cineasta italiano Michelangelo Antonioni murió anoche a los 94 años en su casa de Roma, el mismo día que el director sueco Ingmar Bergman. En el momento de su muerte, estaba acompañado de su esposa Enrica Fico. Se espera que el funeral tenga lugar a fines de esta semana en su ciudad natal, Ferrara.
Antonioni, que en sus primeras obras se acercó al neorrealismo italiano para luego superarlo, alcanzó fama mundial con películas como Blow Up (1966), protagonizada por David Hemmings y Vanessa Redgrave y distinguida con la Palma de Oro en Cannes. En cuestión de pocos años logró imponer su estilo, sombrío y ascético, como radiografías del ser humano, de su dificultad de vivir, todo contado de una manera intimista, convirtiéndose en el cineasta de la alienación y de la incomunicabilidad, según una fórmula del crítico italiano Aldo Tassone.
Su estilo se afirmó en la trilogía de sus más célebres películas: L´Avventura (La aventura) en 1960, La notte (La noche, 1961) y L´eclisse (El eclipse, 1962), interpretadas por Monica Vitti, su actriz fetiche, su compañera y musa durante unos diez años. L´Avventura es considerada como el nacimiento de un cine introspectivo. Antonioni trató a fondo el tema de la dificultad de las relaciones humanas y la fragilidad de los sentimientos. La road movie Zabriskie Point (1970) es otro de los trabajos más destacados de su carrera y supone un homenaje al movimiento del 68.
Pasarán algunos años hasta el rodaje en 1975 de El reportero, con Jack Nickolson y Maria Schnneider, película que consideraba como la más lograda en el plano estilístico y político. Semiparalizado por un ataque cerebral en 1985, Antonioni pudo realizar su última película, Al di la delle nuvole (Más allá de las nubes) gracias al cineasta alemán Wim Wenders, uno de sus admiradores.
Wenders realizó la película siguiendo al pie de las letras las consignas de Antonioni, transmitidas por su mujer Enrica Fico, 40 años menor que él. Antonioni nació el 29 de septiembre de 1912 en la ciudad de Ferrara.
Estudió economía en la Universidad de Bolonia y en 1939 se trasladó a Roma. Desde entonces, se dedicó al cine. El cineasta estaba en silla de ruedas desde un derrame cerebral padecido hace veinte años. Sin embargo, siguió trabajando. Su último trabajo, ya con muchas dificultades para moverse, fue dirigir un fragmento de Eros, película en la que también participaron Steven Soderbergh y Wong Kar Wai, y que se estrenó en 2004.
Lastima que ahora sea una buena oportunidad para pensar en ellos y repasar su obra. Pero... como alguien siempre me dice nunca es tarde para disfrutar de un buen vino. Cine y vida -en el caso de estos autores. siempre van de la mano.
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