Esto es lo que hay... DICEN ALGUNOS AMIGOS. Especialmente quién nos envió el siguiente texto cuya autoría asume el filosofo Rozitchner. Ya antes habíamos subido el texto del periodista cordobés Juan Montes y "nobleza obliga" para los que piensan de esta forma va esta otra mirada casi sobre un mismo tema. Personalmente pensamos de otra forma, pero dentro del sistema de la democracia, todas los puntos de vista deben ser tenidos en cuento hasta... hasta que finalmente prevalezca alguno ¿Es así? Recordamos también que hay que ser muy prudentes con esto. No es la primera vez que alguien descubre que por desear lo bueno sólo se está abriendo las puertas a lo contrario. Por lo tanto, leemos esto, pero también deseamos que sobre todas las cosas y cada día prevalezca el buen juicio... o el sentido común, el menos común de los sentidos.
Nuestro Alejandro Rozitchner, filósofo, lo plantea de esta forma:
"La lideresa exasperante (Un acto verbal de justicia)"
Lo propio de un liderazgo político democrático es sostener las acciones propias con un amor de fondo, ejercer sobre la ciudadanía una especie de peso cuestionado pero benigno, que permita el ejercicio del poder en una elemental tendencia constructiva. Digamos que el líder generalmente se hace querer, si no por todos, al menos por muchos. ¿Cómo llega una sociedad a tener un líder y una lideresa que optan por la estrategia contraria, que buscan imponerse y hacerse odiar, someternos, avasallarnos con una realidad inventada que se hunde más rápidamente que Venecia y no precisamente en aguas minerales?
Cristina se hace detestar. Tendrá algún partidario sincero, algún confundido, pero no debe tener admiradores, ni seguidores. El de los K es un mundo sin admiradores, es un espacio de súbditos. Y cómplices: o súbditos que dejan de serlo por un rato, se elevan y después vuelven a caer en la posición de entrega y renuncia. El mecanismo victimizador que usan políticamente es el mismo que debe operar como clave en sus situaciones personales. Es un mundo tenso, sin disfrute, sin amor, y no conviene imaginar mucho los detalles de una vida en ese estilo. Se imponen, logran meterse en la cosa, pero no impulsan su viaje con ningún combustible afectuoso ni positivo: destilan agresividad, ofensa, intolerancia. Vienen de un mundo viejo y se van quedando sin sustento, cada vez más lejos del piso, elevándose a una altura de inmolación e iluminaciones dementes. Llama especialmente la atención, en estos días posteriores a las elecciones, la actitud de la Presidenta , su inalterable convicción garquista, su pasión por exasperar a todos, su intento de imponerse malamente, a como dé lugar, justificada por... por... ¿por qué? ¿Qué ideología o marco de sentido le permite a tal mujer seguir impertérrita cuando la realidad muta, negar el movimiento, suplantarlo por sus emperradas imaginaciones? ¿Qué la lleva a uplantarnos, a los reales, por sus imaginarios?
Es una presidenta sin amor, sin ganas de ayudar, sin humildad, que no cree ue tenga ya nada que aprender, encerrada en su mundo de modas y cremas, de elineadores y maquillajes, más dispuesta al enojo que a cualquier otra osa, que siente siempre que la quieren joder y termina jodiendo ella. Mujer pretenciosa que quiere ser la más inteligente sin tener con qué, sin motividad que la guíe en la construcción de una visión del mundo, mujer chata de mundo chato, acorralada por su espíritu empobrecido y empobrecedor.
Apasionada por la negación y la negatividad, desesperada por quedar bien ante una exigencia desmedida, tan grande que no le permite autenticidad alguna, ni verdadero crecimiento.
Señora de nadie, para nadie, señora sola, que no inspira la piedad que odría, a fuerza de desplantes y caritas necias. Repetidora del Néstor, presidenta de todas las falsedades, mujer de hachas tomar. Sorda a todo llamado, muda de sentimientos y cercanías, ciega a toda verdad. Universitaria de esterilidades, con universidad atragantada, doctora de una cátedra irrespirable de resentimiento y obsesionada por una competencia sin competitividad, dueña de una arrogancia sin frutos, de pensamientos sin asideros, de displicentes mohines sin gracia, autoritaria crecida en el mundo del Proceso al que reproduce aunque intente y diga que lo combate, porque lo lleva adentro, porque lo mamó de joven, porque milita en su sensibilidad por más que diga oponérsele. ¿Será por eso que los K hablan tanto de ese tiempo ido, porque ellos viven todavía imaginariamente en ese contexto, que los traumatizó al punto de impedirles todo desarrollo de una visión superadora? Mina jodida que prefiere la hecatombe a dar el brazo a torcer, que prefiere hundirse y hundir a todos antes de tratar de salvar algo. Imposible llevar una pareja con esa actitud arrogante, menos un país. ¿Cómo, no está casada? No, está sola de toda soledad, asociada a otro atragantado que escupe desprecio y no tiene donde ir a rascarse. Gente sin amigos, de intimidad sospechosa y amenazante, peligrosos, temidos pero no queridos, incapaces de matices y de inteligencias. Mienten, mienten y mienten. ¿En defensa de una
verdad fanática o como ocultamiento de negocios indebidos? Probablemente ambas cosas a la vez. Sonrisas que no ríen, sonrisas que gastan, que nos gastan a nosotros, que ya no las queremos ver más, que aspiramos a otros tratos, que nos hemos convencido de que merecemos otra consideración, otro respeto, otra realidad.
Pelo sobre la cara, cejas y ojos subrayados, vendiendo mujer donde hay desierto, sequedad, páramo. Mujer sin calidez ni comprensión, mujer fanática, mujer todo que termina siendo mujer nada. Mujer yo yo yo yo que tiene que pasar por mucho él él él él y aun más por muchos vos vos vos vos, Néstor, pero incapaz de un nosotros abarcativo, incapaz de ir más allá de un ambiente de venganzas y cuentas a cobrar. Mujer de relinchos y de mañas, inestable, furiosa apenas contenida, mal disimulada, agazapada y dispuesta al salto. Mujer de frases que enrollan y no saben para donde ir, porque en ellas se mezcla la bronca con la mentira, con el miedo, con el vacío, la chicana política con el desinterés absoluto por los otros, discursos de soledades, patagónicos, agónicos, cancheros, sobradores, palabras esquivas, altisonantes, sin densidad ni consistencia. ¿Cómo guardarle el respeto que ella no nos tiene, tendríamos nosotros que ejercerlo aun? ¿Hasta cuando? Es duro decirlo, pero suponerle humanidad es
un gesto de grandeza que no merecen, una conjetura riesgosa. Además, vale más la pena tener claras estas cosas, porque en el intento de los K de llevarse puesto al país, y con él a nosotros, mejor sería que tuviéramos la astucia de impedirlo.
© Alejandro Rozitchner
NOTA: A PESAR DE NUESTRA ADMIRACIÓN POR LA SOCRÁTICA PROFESIÓN, ALGO EN ESTE TEXTO, NOS PARECE PLAGADO DE ODIOS SIN SENTIDO. NO HAY ANÁLISIS, SOLO DIATRIBAS. LA BORGIANA INJURIA, SI FALTAR EL RESPETO, IMPLICA "OTRAS UÑAS DE GUITARRERO". LO DECIMOS, DE VERDAD, SIN TOMAR PARTIDO POR NINGUNA PARTE, SOLO DECLARÁNDONOS FERVIENTES PARTIDARIOS DEL USO SENSATO DE "LA PALABRA" Y DE SU PODER LIBERADOR.