¿Quién fue aquel Manuel Belgrano qué aún hoy se pretende mantener en el olvido?
Nacido en 1770 falleció el 20 de junio de 1820. Tenía apenas 50 años.
Ya en 1839, Alvarez Thomas iniciaba aquel el primer 'Bosquejo Histórico' de Manuel Belgrano dedicado a su hija Manuela Mónica, con una frase contundente: "Belgrano no existe". Lo decía un contemporáneo del heroe, alguien que al mismo tiempo, intentaba escribir por primera vez un trabajo histórico sobre un procer injustamente ignorado por la historia Patria hata nuestros días. No desconocemos los motivos de este "olvido". Simplemente señalaremos aquello que está al alcance de todos: La información más concreta sobre el único actuante de aquella Revolución que no puede ser seriamente cuestionado por nadie.
El hombre.
Manuel Belgrano nació en una casona familiar, a pocos metros del convento de Santo Domingo, donde también falleció. Fue el cuarto hijo de trece hermanos. Su madre, Josefa González Caseros, era criolla y su padre, Domingo Belgrano y Peri, un comerciante italiano emigrado a Cádiz y luego a América, estableciéndose en Buenos Aires en 1751. A su padre el comercio le permitió lograr una buena posición económica y en la milicia alcanzó el grado de capitán."... La ocupación de mi padre fue la de comerciante, y le tocó el tiempo del monopolio, adquirió riquezas para vivir cómodamente y dar a sus hijos la educación mejor de aquella época..." (Palabras de Manuel Belgrano).
Sus estudios.
Se cree que realizó sus primeros estudios en el convento de Santo Domingo. Después, ingresó en el Real Colegio de San Carlos. La carrera comprendía Lógica, Metafísica, Física y Ética.
Mujer e hija.
Se enamoró de María Dolores Helguera y quiso casarse, pero en enero de 1818 recibió la orden de marchar hacia Santa Fe. Pero Dolores estaba embarazada y sus padres la obligaron a casarse con otro hombre. El 4 de mayo de 1819 nació la hija de la pareja, Manuela Mónica del Corazón de Jesús Belgrano. Los enamorados volvieron a encontrarse pero no pudieron casarse porque el divorcio no era legal. Belgrano murió en 1820 y su hija fue criada y educada por sus tías y tíos, es decir, por los hermanos de Belgrano.
El periodista.
Desde el Consulado aplaudió la aparición del periódico "Telégrafo Mercantil": ayudó a su fundación en 1801, donde difundió sus ideas revolucionarias. Como Secretario del Consulado protegió los órganos periodísticos publicados en el Río de la Plata. El 3 de marzo de 1810 apareció el periódico "Correo de Comercio", el cual dirigió. En sus páginas se observa la doctrina de Belgrano, es decir, la importancia de la educación en el país y de la mujer, entre otras cosas.
El promotor de la educación.
Como Secretario del Consulado consideró que lo más importante era fomentar la educación, es decir, capacitar a la gente para que aprendiera oficios y pudiera aplicarlos en beneficio del país. Por eso, ayudó al desarrollo de la Escuela de Dibujo y de la Escuela de Náutica, ambas, creadas en 1799. Pero también Belgrano hizo otros aportes en la educación: en esa época no había escuelas para chicas; él quería crearlas porque pensaba que para ser buenas madres las mujeres debían educarse. Según sus palabras, "se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, etc., y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres". Además, quería que la educación fuera gratuita para todos.
El militar.
No se había preparado para la guerra sino para las leyes, pero -no sin errores- aprendió y se ganó la admiración de San Martín. Su primer contacto con el tema fue en 1806, durante la Primera Invasión Inglesa. Allí se incorporó a las milicias criollas con otros jóvenes para defender la ciudad y él fue elegido Capitán. Tuvo su primer combate en las orillas del Riachuelo. Ya en 1810, la Primera Junta, recién asumida, decidió enviar expediciones para extender la Revolución a todo el Virreinato. En septiembre de 1810 la Junta le encomendó La expedición de Paraguay. El objetivo de la Campaña del Paraguay fue más político que militar: la intención de Belgrano era difundir entre los paraguayos el ideario de la Revolución de Mayo. De paso al Paraguay, legalizó y dio un carácter urbano, con planificación de ejidos, a Mandisoví y Curuzú Cuatiá. Luego de vencer en Campichuelo fue derrotado en Paraguarí, el 19 de enero de 1811. También, el 9 de marzo de 1811, fue vencido en Tacuarí. En noviembre de 1811 fue nombrado Jefe de Regimiento Nº 1 de Patricios. En enero de 1812 fue enviado por el gobierno a proteger las costas del Paraná de los españoles. Allí enarboló por primera vez la bandera nacional (el 27 de febrero de 1812). Ese mismo día, el gobierno le encargó la jefatura del Ejército del Norte. El 25 de mayo de 1812 en Jujuy instaló el cuartel general y, en celebración del aniversario de la Revolución, hizo bendecir la bandera.Al observar que era imposible resistir el avance realista, inició el 23 de agosto de 1812 el Éxodo Jujeño, es decir, la retirada hacia Tucumán (los habitantes de Jujuy y de Salta abandonan sus hogares y arrasan todo a su paso, dejando a los realistas sin víveres para la tropa). Luego, el gobierno le pidió que fuera a Córdoba pero él se mantuvo en Tucumán y allí venció a los realistas (el 24 de septiembre de 1812).
Propuesta y Juramento de la Bandera.
13 de febrero de 1812. Manuel Belgrano propuso al Gobierno la creación de una "escarapela nacional", en vista de que los cuerpos del Ejército usaban distintivos diversos.
18 de febrero de 1812. El Triunvirato aprobó el uso de la escarapela blanca y celeste, decretando: "Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste..."
27 de febrero de 1812. Entusiasmado con la aprobación de la escarapela, M. Belgrano diseñó una bandera con los mismos colores, enarbolándola por primera vez en Rosario, a orillas del río Paraná. Allí, en las baterías "Libertad" e "Independencia" la hizo jurar a sus soldados. Luego, mandó una carta al Gobierno comunicando el hecho. Este mismo día, el Triunvirato le ordenó hacerse cargo del Ejército del Norte, desmoralizado después de la derrota de Huaqui.
El político.
Entre 1793 y 1806 Belgrano apoyó y también criticó el gobierno de Carlos IV. Más tarde, participó activamente de los acontecimientos de mayo y fue designado vocal de la Primera Junta. Años después, al ser separado del ejército, fue enviado en 1814 como representante argentino a cumplir una misión diplomática en Europa junto con Bernardino Rivadavia. En Inglaterra inició gestiones con Manuel de Sarratea tendientes a obtener el reconocimiento de la independiente naciente del Plata, admitiendo el establecimiento de una monarquía constitucional. Las gestiones fracasaron y, de vuelta de su viaje a Europa, fue nombrado, en febrero de 1816, Jefe del Ejército de Observación en el Litoral, con órdenes de marchar hacia Santa Fe. Luego, fue nombrado jefe del Ejército del Norte. Se dirigió a Tucumán, donde hacía pocos días había comenzado a sesionar el Congreso de las Provincias Unidas y el 6 de julio de 1816 fue escuchado, en sesión secreta, sobre la situación en Europa. Propuso no buscar príncipes en Europa, sino elegir la coronación de un descendiente inca, pero su propuesta no fue considerada, incluso, muchos se burlaron de la idea.
Según el Acta Secreta del Congreso de Tucumán, en enero de 1819, el gobierno le ordenó que se hiciera cargo del ejército estacionado en Santa Fe. En abril sus representantes firmaron el armisticio de San Lorenzo y se retiró a Córdoba. Razones de salud le hicieron delegar el mando. Mantuvo hasta su muerte sus convicciones monárquicas, pero siempre respetuoso de la constitución sancionada por el Congreso de Tucumán, luego en Buenos Aires.
El Economista.
En Europa, Belgrano se vinculó con importantes especialistas en economía y tradujo a los más grandes economistas. En Salamanca fue el primer presidente de la Academia de Práctica Forense y Economía Política. En el viejo mundo asistió al nacimiento de la economía como ciencia y al de las sociedades económicas.En 1794 fue nombrado en Buenos Aires "Primer Secretario del Consulado de Comercio". En esa función, escribió las Memorias. A través de ellas propagó las doctrinas económicas en boga entonces en Europa y propuso iniciativas a favor del mejoramiento material de la comunidad. Para él, el desarrollo económico debía ser parte del desarrollo cultural y ser concordante con la economía de libre mercado.
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